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Boeing 747

La increíble historia detrás del Boeing 747, la joya de la aviación comercial reconvertida en hotel

El mítico Jumbo dejará de volar, pero podrás dormir en su cabina, bucear por él y hasta dar el «sí, quiero»

Fue sinónimo de poderío aéreo y de estatus social e inauguró una nueva era de la aviación comercial de un mundo que vio el alza imparable de los vueltos transcontinentales. Ahora es el momento de decirle adiós. El último Boeing 747 abandonó el gigantesco hangar de la compañía en Everett (Estado de Washington, EE.UU.) hace un par de semanas. El cuatrimotor configurado exclusivamente para carga, destinado a la empresa Atlas Air, pasará a la historia como el último ejemplar construido de uno de los aviones más icónicos de la historia de la aviación. La aeronave se encuentra en estos momentos en otro taller de Boeing para pintarlo y otros detalles finales, antes de ser entregado a Atlas a principios del año que comienza hoy.

Fin de una era. Una era que empezó hace algo más de cincuenta años y que ha producido 1.574 Jumbos, en sus diferentes versiones y configuraciones. Puede decirse que la criatura más emblemática del gigante Boeing es realmente más que un avión y forma parte de la cultura popular del siglo XX. Ha aparecido en libros, canciones y en más de 300 películas y se le identifica con el avión de transporte de autoridades más emblemático del mundo: el Air Force One. Precisamente, los dos aviones presidenciales norteamericanos serán sustituidos por dos nuevos Jumbos adquiridos durante el mandato de Trump, que están siendo convenientemente acondicionados. Aunque ya no se fabriquen, la Casa Blanca no renuncia a uno de sus símbolos del poder presidencial ni a la fabricación americana en uno de sus emblemas.

El Air Force One, en la base de St AndrewsGTRES

Su producción arrancó en 1967 gracias a un contrato militar de un avión logístico de carga y pasajeros que no se concretó y que ganó Lockheed, así que Boeing tuvo que adaptar su proyecto a un avión de pasajeros de gran envergadura con dos pasillos y una capacidad nunca vista en un avión comercial. Su silueta es reconocible por su emblemática joroba. Las primeras entregas fueron para Pan-Am y para TWA, dos compañías que parecían eternas y que hoy ya no existen. La pandemia y la subsecuente caída de vuelos de larga distancia, ha contribuido a su «jubilación anticipada» en las principales aerolíneas del mundo y a su paulatina sustitución por bimotores que consumen mucho menos combustible. Hoy en día solo cinco compañías tienen en sus flotas el imponente Jumbo, del que solo quedan en servicio 44 aviones de pasajeros, más de la mitad de ellos, operados por Lufthansa, la única compañía europea que los mantiene. Hay, aproximadamente, unos 314 cargueros en uso, muchos de ellos inicialmente aviones de pasajeros.

Y aunque en el año que hoy comienza ya no se fabricará más, el mito no desaparece del todo ni todos los aviones terminarán en el desguace o en uno de esos cementerios de aviones en el desierto de Mojave. Algunos se han conservado en museos, como el primero que se construyó, que puede verse en el Museo del Vuelo de Boeing, en el Aeropuerto Internacional King County de Seattle, también conocido como Boeing Field. Pero hay otros que tienen vidas en principio bastante más entretenidas sin necesidades de surcar los cielos.

Tal vez la vida más llamativa la protagoniza el B747 que fue hundido intencionadamente en 2019 frente a las cosas de Baréin para poder utilizarlo como lugar de buceo. En un intento de impulsar el turismo en el pequeño y rico reino, crearon ese año el parque temático submarino más grande del mundo, llamado 'Dive Bahrain', con el Jumbo como principal atracción. Es el primer avión que se utiliza como arrecife artificial, sin duda un lugar bastante peculiar para buscar a Nemo.

También en 2019, un hotel de Amsterdam, el Corendon Village Hotel, adquirió un Jumbo retirado de servicio y lo «plantó» en su jardín trasero. Ofrece visitas guiadas para sus huéspedes y al año pasado añadió el atractivo de poner una pista de patinaje sobre hielo, lo que permite la curiosa experiencia de deslizarse alrededor y por debajo del Jumbo. El Corendon no da la opción de alojarse en él, que sí encontramos en el Jumbo Stay Hotel, inaugurado en 2009 en el Aeropuerto de Arlanda, en Estocolmo. Su ubicación ofrece vistas panorámicas del aeródromo y permite diferentes posibilidades de alojamiento, desde dormitorios compartidos muy económicos tipo hostel hasta la posibilidad de dormir en la antigua cabina del avión. El hotel también ofrece una cafetería y un bar abierto a no residentes.

Boeing 747

El último Boing 747 en llegar a esta especie de carrera por ver quién termina con aquel «glamour» y distinción del gigante de los cielos, lo encontramos en el aeropuerto inglés de Cotswold, donde el BA Negus 747 G fue salvado del desguace al que le condenó la pandemia y la decisión de British Arways: es el único 747 del mundo concebido para eventos y fiestas, con autorización también para celebrar bodas civiles. Sus promotores han querido conservar todos los elementos que tenía cuando surcaba los aires, incluso sus antiguos sistemas de entretenimiento a bordo, incluidas sus grandes pantallas de Panasonic. Las 500.000 libras invertidas en el proyecto (el avión fue adquirido por la simbólica cantidad de una libra) han permitido, entre otras cosas, instalar panales transparentes en el suelo que permiten ver toda la aviónica. En la antigua clase turista se ha instalado una discoteca, la antigua cocina se ha convertido en un bar. Celebrar un evento cuesta aproximadamente 1.000 libras la hora, que se reduce a unas 500 en el caso de las bodas, que obligan a la contratación por todo un día. Operativo desde el pasado mes de febrero, Negus ofrece visitas dos días a la semana, siempre que no haya un evento privado.

Según sus responsables, «la oportunidad de celebrar una boda a bordo de un 747 es muy tentadora, así que las reservas no dejan de llegar». Si su sueño es casarse vestido de piloto con su amorcito ataviada como una azafata de British Arways (o viceversa, por aquello de la cuestión no sexista), puede apostar que no va a encontrar un lugar más acorde para la ocasión en todo el mundo. Los promotores de Negus tal vez deberían considerar un ticket conjunto con 'Dive Bahrain' como destino de luna de miel para aquellas parejas frikis de las Jumbo Bodas. Todo parece posible en la Tierra en este loco tiempo de los albores del turismo espacial.