Tres lugares en Santander para celebrar Todos los Santos

Cualquier excusa es buena para hacer una ruta de pinchos por la bella Santander y con la condición de que no sufra la tarjeta de crédito. Jesús ha escogido tres lugares emblemáticos que «están en boca de todos y acaban de darles un Solete de la Guía Repsol. Empezamos por la Vermutería Solórzano porque es tradición venir aquí desde siempre» y debe de ser así porque hasta la barra de la taberna está desgastada de tanta gente apoyándose en ella y por la que se arrastran los vasos llenos con más de cien referencias de vermú.

Como tapa te ponen caracolillos que se comen sacándolos de su concha con un alfiler, la tortilla de patatas con cebolla y las croquetas crujientes con su bechamel casi líquida, son para ponerles un piso con vistas a la bahía. Es tan típico el Solórzano que hasta la acera con todo su esquinazo parece prolongación del local.

Jesús Sánchez, que nunca se quita su gorra y dice que tiene más de cien, recomienda seguir por el Mesón Gele «aquí vengo por su variedad de vinos porque tienen más de 1.200 referencias y muchos de ellos son excelentes blancos de Cantabria. Lo acompaño con un pastel templado de centollo, unas mollejas de lechazo empanadas y unos bocartes». Sorprende que, un afamado cocinero como él, sea tan generoso y nos lleve a conocer a la competencia y no su local «yo tengo tres Soles de la guía Repsol y los Soletes son recomendaciones más informales. Son esos lugares que conocemos los paisanos y que nos preguntan nuestros amigos cuando vienen a Santander. No somos competencia y en cualquier caso, aquí no somos rivales porque todos sumamos a la buena gastronomía cántabra y además, Ramón Cruz es amigo y un currante que ha sido el camarero del Gele, durante treinta años y ahora está al frente del negocio».

Apenas tenemos que cruzar un par de calles y el tercer Solete que saboreamos es La Malinche, «aquí vengo porque Emilio Gutiérrez, su cocinero, hace una fusión mejicana y cántabra utilizando siempre productos de la tierruca. Crea bocados muy interesantes como la quesadillas de chili de carne y queso pasiego o el huevo con setas sobre un puré de patatas con queso divirin».

Y antes de terminar la jornada de pinchos por el centro de la ciudad, Jesús Sánchez, nos recuerda que, aunque los imprescindibles sean las rabas y las anchoas, no podemos olvidarnos de las carnes «que son espectaculares, los cocidos lebaniego o montañés y los pescados; el rape, besugo o rodaballo que pueden ir asados o guisados con patatas en marmita. Ahora se ha sumado una moda que está arrasando, la tortilla rellena, donde se pone el relleno por encima de la tortilla de patatas y se tapa con una tortilla francesa». Lo dice un navarro, Jesús Sánchez y lo comprobamos con él; Cantabria es una gastronomía Infinita y qué mejor homenaje a nuestros difuntos que alejarnos de las calabazas de halloween y brindar por ellos en la bella Santander.