El estilo de la mujer de Salvador Illa: camisetas de algodón y renuncia al maquillaje
Marta Estruch viste con prendas sencillas y solo sus gafas de pasta dan un toque diferente a sus looks
Marta Estruch, una gran desconocida para el gran público, se ha convertido esta pasada semana en la «primera dama» de Cataluña. Ajena al objetivo de la cámara hasta ahora, una recolección de sus fotografías muestra que la esposa de Salvador Illa cuenta con un guardarropa básico y un estilo corriente.
El líder del PSC ha sido investido como presidente del Parlamento Catalán este pasado jueves. Acudió a la cita acompañado por su mujer, que llegó vestida con un pantalón negro recto, sandalias de tacón bajo en el mismo tono, camiseta blanca y bolso de cuero a juego. Solo sus gafas de ver y unos sencillos pendientes con un colgante casi invisible decoraron su atuendo. Impactante simplicidad para una toma de posesión histórica para él y para esta zona de España.
Illa acudió como si fuese más joven que ella, algo que a menudo me parece observar en las parejas catalanas que llevan un tiempo juntos. Aunque Marta Estruch es la segunda esposa de Salvador Illa, parece Illa ese hijo al que se acompaña para la disertación de su tesis de doctorado: él va con pelazo - en Cataluña o tienen mucho o calvos totales- gafas de pasta modernas (otro clásico en la zona), traje estrecho sobre tipín y mochila al canto. Solo le faltaba la motocicleta.
Estruch e Illa viven en una casa con jardín y vistas en La Roca del Vallès, el pueblo donde él ha sido alcalde en dos legislaturas. Estruch, que ha guardado su privacidad todos estos años, va normalmente vestida con algún chaquetón negro y pañuelo al cuello, con pantalones beige caídos y camisa de estilo «cooperante de ONG», con el pelo poco o nada arreglado, casi nada de maquillaje, zapatos y bolsos sin estilo definido y con joyas de estas que en la zona llaman minimalistas pero que lo que son es sosas y pasadas de moda. Con tal de no renovar joyero… y la palabra minimalismo aporta más valor a la decisión.
Marta Estruch trabaja en Nestlé en Esplugues de Llobregat, donde por lo visto coincide con Ana Urdangarin. Siempre me he preguntado qué deciden en un departamento de Márketing de Nestlé en Barcelona, cuando desde los anuncios, a la distribución, los precios, los nombres y las notas de prensa del Nesquik o del Nespresso ya vienen definidos desde la central en Suiza.
Hay imágenes de Marta Estruch en la cita organizada por La Vanguardia por San Jordi en 2022 y en los premios Ondas de este año, así como visitando al Papa Francisco en El Vaticano. Lo más sobresaliente de la Estruch parece ser su gran fe católica y su notoria falta de protagonismo. Algo harto raro entre las mujeres de los políticos de hoy día. Y aunque no quede muy lucido su guardarropa, alabamos su sencillez.