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Campo de Borja

Campo de Borja

Cinco vinos de Garnacha marcados por los vientos y la altitud del Moncayo

Campo de Borja acoge viñedos en una altitud entre 350 y 700 metros con un clima y «Terroir» que añade matices a cada uno de los vinos dentro de sus 4000 hectáreas

En las laderas del Moncayo, un gigante de piedra que protege y define la personalidad de esta región, se extienden los viñedos de la Denominación de Origen Campo de Borja. Aquí, la garnacha no es solo una uva, es un símbolo de identidad. Con un clima marcado por inviernos fríos, veranos calurosos y el imponente viento, el cierzo, que acaricia y fortalece los viñedos, los suelos pedregosos y arcillosos de esta tierra proporcionan el escenario perfecto para que la garnacha despliegue su esencia.

La altitud de los viñedos, que varía entre los 350 y los 700 metros en tres subzonas (baja, media y alta), añade matices únicos a cada racimo. En la zona baja, con altitudes entre 350 y 450 metros, con suelos pardo calizos y «garnachas» tanto plantadas tanto en vaso, como en espaldera. La zona media se caracteriza por tener la mayor concentración y densidad de viñedo. Comprende los viñedos situados entre los 450 y 550 metros de altitud. Aquí se encuentran los característicos suelos de las terrazas del río La Huecha. La zona alta de esta pequeña y la vez tan considerada D.O., cuyos viñedos se extienden desde los 550 a los 700 metros de altitud, corresponde a las estribaciones del Moncayo.

La Denominación de Origen Campo de Borja fue reconocida en 1980 y la historia cuenta que el Monasterio de Veruela empezó con el cultivo de la vid en el siglo XV. El imperio de la Garnacha, con 4.000 hectáreas de esta variedad, produce vinos con una intensidad y una complejidad que solo esta zona puede ofrecer.

Vinos Campo de Borja

Vinos Campo de Borja

Los vinos de la zona baja son cálidos, potentes y muy aromáticos. Bodega Picos elabora su vino GranGregoriano como monovarietal de Garnacha y es una oda a esta uva. Esta bodega fue fundada en 1994 por la familia Frago. El nombre de la bodega Picos viene dado por el abuelo de los que hoy en día regentan dicha bodega, Don Luis «Pico». Prácticamente el 98% de la producción de la bodega se destina a exportación. Este vino sobresale por su intensidad aromática, con notas de frutas negras maduras, especias y un toque balsámico. Su crianza en barricas de roble francés le aporta elegancia y una textura envolvente que no deja percibir sus 16 grados de alcohol.

Establecida en la zona media, con vinos más complejos, intensos, estructurados y carnosos, Bodegas Ainzón, una cooperativa de viticultores comprometidos con su pueblo y con su región, elabora un vino del que se comercializan tan sólo entre 800 y 1.200 botellas dependiendo de la añada, Terrazas del Moncayo. Los viñedos tienen más de 40 años y están plantados en vaso. Todo esto aporta esa frescura y estructura de la variedad Garnacha tan presente en esta zona. Cómo en otros vinos de esta zona es sedoso, muy agradable y no se aprecian su 15% de alcohol.

En esta misma localidad de Ainzón destaco un espumoso rosado con el sello de la D.O. Campo de Borja que elabora Bodegas Cabal. La misma Garnacha ofrece en este caso frescura y aromas a frutos rojos muy agradables. Es un vino que llena la boca con una aguja fina. Una de sus peculiaridades es que no tiene ningún tipo de licor de expedición y todo lo que aporta el vino, si tiene algo de dulzor, es la propia azúcar residual que ha quedado tras la fermentación.

La zona alta de esta denominación produce vinos que son finos, sutiles y elegantes.

Campo de Borja

Campo de Borja

El Nabulé, de Bodegas Aragonesas, es un homenaje al alma de Campo de Borja, donde la garnacha tinta encuentra su máxima expresión. Se engloba dentro del proyecto Terroir, orientado a la caracterización de los diferentes suelos y sus condiciones particulares. El objetivo final es conseguir la expresión exclusiva y particular de cada territorio, con la mínima intervención, haciéndolo sostenible por sí mismo. Este vino destaca por su frescura y equilibrio, con aromas que combinan frutas rojas maduras, flores silvestres y un sutil toque especiado, reflejando la influencia del cierzo y la altitud de los viñedos que abrazan las laderas del Moncayo.

Desde esta misma zona alta y para terminar este recorrido el proyecto de Cooper Cellars reúne la esencia de esta zona personificada en la pasión por los vinos de un americano afincado en la zona. Su vino Los Ángeles Romeroso, de Vinos del Viento, es un vino que captura la esencia salvaje y mineral de las garnachas de Campo de Borja. Elaborado con uvas de viñedos antiguos situados en laderas pedregosas, este tinto muestra una intensidad aromática con un equilibrio que casi ha sido forzado por la influencia del Moncayo. Robert Parker habla de este vino como «jugoso, aromático, bastante expresivo, llamativo y maduro».

La Denominación de Origen Campo de Borja es el claro ejemplo de una variedad la Garnacha aclimatada a una zona especial en cuanto a altura, climatología y terruño. Las manos expertas de viticultores, que han podido vivir las enseñanzas transmitidas por los antepasados, hacen que cada racimo sea esencial para convertirlo en el vino que se hace. Un espíritu indomable en una tierra de vientos, de Cierzo, incontrolable.

Tiempo de Vinos (https://www.tiempodevinos.com)

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