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La obesidad ha acelerado la alopecia en aquellas personas que ya tenían una predisposición genética a padecerlaAndrey Popov

Belleza

La ausencia de actividad física multiplica la caída del cabello

El sedentarismo pandémico que deriva en obesidad y riesgo cardiovascular es un acelerador de la alopecia androgénica

Llevar una vida sedentaria posee una serie de complicaciones que agravan el estado de nuestra salud general. El confinamiento global vivido durante la pandemia ha puesto de manifiesto cómo una conducta similar que, con el tiempo, ha provocado una serie de patologías que también inciden en la caída del cabello.

El doctor Carlos Caballero, director médico de la nueva clínica Insparya de Marbella, grupo líder europeo especializado en trasplante capilar con más de 12 años de experiencia, apunta como causa principal la obesidad, «un factor fundamental del síndrome metabólico, que deriva en riesgo cardiovascular. Va asociada a un exceso de grasa corporal que, en el caso de cabello, daña el folículo piloso y esto determina que la regeneración del ciclo de crecimiento del pelo se deteriore, provocando su caída», explica.

Este fenómeno, como muestran los resultados de un reciente estudio llevado a cabo por la Facultad de Ciencias de la Salud de Barranquilla (Colombia), se ha incrementado con motivo de la pandemia, ya que las restricciones de movilidad han multiplicado el sedentarismo y el sobrepeso de la población. «No es que la inactividad haya generado un nuevo tipo de alopecia, sino que el eje sedentarismo-obesidad ha acelerado la alopecia en aquellas personas que ya tenían una predisposición genética a padecerla», declara Caballero.

¿Qué se considera sedentarismo?

El doctor explica que se consideran sedentarias todas las actividades que realizamos sentados o tumbados estando despiertos y que, por tanto, requieren un escaso gasto energético. Esta conducta ya es, de por sí, un riesgo para nuestra salud capilar, ya que dejamos de percibir beneficios del deporte como la producción de serotonina que ayuda a combatir el estrés.

Además, supone una disminución de la oxigenación del cuero cabelludo que activa la circulación sanguínea favoreciendo el crecimiento de los folículos pilosos y a eliminar las toxinas a través del cuero cabelludo, lo que contribuye a un correcto funcionamiento de los ciclos habituales de crecimiento y caída del pelo.

¿Cómo se puede prevenir?

Además de una dieta equilibrada y baja en grasa, para evitar los factores de riesgo de un estilo de vida inactivo que llevan a la obesidad, es necesario combatir el sedentarismo practicando el ejercicio físico recomendado para cada tipo de persona y edad.

Desde la clínica también recomiendan combatir el daño en el folículo con tratamientos como el PRP, que activa los folículos en fase de envejecimiento para que vuelvan a producir cabello con calidad y resistencia, o la mesoterapia MesoHAIR, que actúa directamente sobre las células capilares para nutrir el cuero cabelludo con un compuesto de proteínas, vitaminas, ácido hialurónico y minerales.

En cualquier caso, la mejor solución pasa por consultar a un profesional. Este determinará el tratamiento más adecuado y detectará a tiempo el momento óptimo para practicar el injerto capilar, procedimiento más eficaz para combatir la calvicie.