La explosiva aparición de Kim Kardashian en 'Saturday Night Live'

Si hay rangos televisivos que pensamos que nunca veríamos juntos, el que combina a Kim Kardashian con Satudary Night Live es uno de ellos. Y no porque la mediática influencer no tenga un sentido del humor lo suficientemente descarado como para participar en el programa de sketches más mordaz y satírico de la televisión americana (en su docu-reality familiar ya ha demostrado que sí), sino porque no la creíamos capaz del ácido monólogo de apertura con el que se convirtió en anfitriona del show  y con el que se llevó los vítores del público estadounidense.

En poco menos de cinco minutos, la líder del clan Kardashian tuvo tiempo para soltar hilarantes comentarios sobre sus hermanas, su exmarido Kanye West, el polémico OJ Simpson (no olvidemos que Robert Kardashian fue su abogado defensor en el caso contra la muerte de su mujer), el nuevo novio de su madre o su antiguo padrastro, ahora Caitlyn Jenner.

Igual de llamativas que sus declaraciones fue el aspecto por el que apostó para hacer su debut como presentadora. La estrella llegó a lucir hasta tres conjuntos fucsias distintos firmados por Balenciaga, demostrando que la relación como musa de la casa francesa está más en boga que nunca.

De camino al estudio, apostó por un anorak rosa neón acompañado complementos plateados, haciendo gala de que las habituales piezas deportivas que diseña Demma Gvasalia para la maison, combinan a la perfección con el glamour chic de sus botas puntiagudas, su bolso brillante y maxi pendientes de araña.

Los mismos que lució en el monólogo, donde volvió a apostar por un look monocolor de una sola pieza: un ajustadísimo mono de terciopelo con fajín drapeado en la cintura que le cubría hasta las manos.

Una vez acabó el show, Kardashian dejó el plató de televisión con un catsuit de spandex en el mismo tono con tacones incorporados y un espectacular abrigo largo de plumas que seguro que la encumbró como la mejor vestida en la fiesta posterior con todo el elenco.

Parte del mérito se lo llevaría seguramente Kanye West. Pese a que se divorciaron hace poco, sigue siendo el estilista de su exmujer, demostrando que, más allá de ser, en palabras de Kim, el mejor rapero de todos los tiempos, el hombre más rico de Estados Unidos y el genio talentoso y legítimo que le ha dado cuatro hijos increíbles, también es capaz de seguir convirtiéndola en un icono de estilo. Lástima que se divorciaran por el único motivo que incomodaba a la empresaria: la personalidad del cantante.