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Meghan Markle, en el Festival de Música de MountbattenGTRES

Moda

Meghan Markle y sus cambios drásticos de estilo

La duquesa de Sussex escogió esta semana un poco favorecedor vestido rojo para la gala a favor de los veteranos estadounidenses

¿Huyen de la prensa o corren hacia ella? Esto es lo que cualquiera que observe las actividades y declaraciones de los duques de Sussex puede preguntarse. Hasta hace poco dos de las figuras más valoradas de la Familia Real británica, ahora se han convertido en fuente de contradicciones y disgustos «Reales». Los llamativos atuendos de Meghan, tampoco ayudan a trasmitir el mensaje de discreción y naturalidad que quieren hacer pasar.

Meghan Markle, que de niña vivió en un entorno muy sencillo, cuando aterrizó en la esfera del cine y la televisión corrió a hacerse arreglos y adoptó un estilo algo rococó poco elegante, con vestidos de grandes escotes, minifaldas extremas, peinados vaporosos y maquillaje exagerado. Pero al conocer al príncipe Harry, sus contactos en el mundo de la moda y los asesores de la Familia Real británica influyeron en la dulcificación de sus atuendos.

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Comenzó a vestir de Givenchy, cuya directora artística era entonces la británica Clare Waight Keller, escogiendo en la casa parisina su vestido de novia y muchos otros atuendos importantes, como el delicioso conjunto beige con mini capelina que lució cuando acompañó por primera vez a la reina Isabel en solitario.

Meghan Markle en su primer acto junto a la reina de Inglaterra vistiendo GivenchyGTRES

Pero huir de la Familia Real británica y comenzar a derrapar en sus estilismos fue todo uno. Ya en la entrevista mañanera y campestre con Oprah Winfrey en Santa Bárbara escogió stilettos negros con tacón de 11 centímetros, brillantes como joyas y un vestido largo negro mientras que la famosa periodista norteamericana llevaba pantalones de pana y botas con suela de goma.

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Esta semana, Markle ha vuelto a llamar la atención. Aunque suelen declarar que huyen de la prensa, los Sussex se dejan entrevistar en su urbanización, Montecito, hacen frecuentes declaraciones públicas o se acercan hasta Nueva York, como esta semana, a donde han acudido para participar en la gala a favor de los militares veteranos estadounidenses.

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Y allí Meghan Markle ha destacado, pero para mal. Entre los fallos en su estilismo estaban:

1. Un escote tipo «esternon», por llamarlo de alguna manera, que dividía su poitrine en dos zonas, tal y como le ocurría al robot Afrodita 'A' en Mazinger-Z. Innecesario para una mujer que presume de defender la Corona británica y respetar a la abuela de su marido, la reina Isabel de Inglaterra.

Los duques de SussexGTRES

2. Volumen de Menina. La capa trasera del vestido de Meghan Markle creaba gran vuelo entorno a sus caderas y su derrière, haciéndola más ancha y gruesa.

El vestido rojo de Meghan MarkleGTRES

3. O arriba o abajo. La larga raja de su falda se añadía al bajo escote, incumpliendo una máxima protocolaria que además va en consonancia con los estilismos más favorecedores: si se lleva escote, no mostrar mucha pierna, o si se muestra mucha pierna, no exagerar con el escote. Este doble espacio de abertura en su vestido acortaba su figura y evitaba que fuese longuilínea.

4. Lorza trasera. Cuando la duquesa de Sussex contaba con un séquito de 20 asistentes, en el seno de la familia real, toda la ropa que compraba, encargaba o llevaba le quedaba impecable, pues las grandes marcas ofrecen servicios de ajuste de prendas o piezas de costura a medida, mientras que en Kensington contaban siempre con costureras a mano. Ahora es evidente que Meghan no cuenta con esta ayuda y escoge un vestido escotado por delante y por detrás que crea un efecto «lorza» en la espalda.

La parte de atrás del vestido de MeghanGTRES

5. Recogido de tonadillera. Tirante hasta decir basta y con un acabado brillante de tonadillera en los años 80, el excesivamente impoluto recogido de Meghan choca con la moda que ella misma impuso de llevar chignons relajados con mechones sueltos. 

El peinado de MeghanGTRES