Moda
Los siete mejores estilismos de Marta Ortega
La futura presidenta de Inditex, entre el estilo casual y el sofisticado
El estilo personal es un proyecto que a menudo mejora durante la vida y que otras veces se estanca. Depende de el gusto, de la situación sociocultural y de las fuentes de inspiración de cada uno. En el caso de Marta Ortega, no obstante, se trata de casi una cuestión de Estado, ya que ella es la zarina de la moda rápida global.
Hace años, cuando nada hacía predecir que Marta Ortega se haría cargo de la empresa en un futuro, ella misma declaraba en su entorno no estar interesada en seguir los pasos de su padre. La disciplina y el rigor que ello requerían no le convencían probablemente. Tras ver que la clave del éxito de la marca sigue teniéndola Amancio Ortega, verdadero gurú del producto y de los negocios, la familia probablemente ha convencido a Marta Ortega para que acepte un rol más ligero, de presidencia, con el que poder lidiar con potentes subalternos a modo de directores ejecutivos.
Es por ello que desde hace unos años, la imagen de la zarina se ha visto modificada, tanto físicamente como en cuestión de estilismo. Evidentemente, todos los fotógrafos, estilistas, peluqueros, maquilladores y modistos del mundo, ansían quedar bien con ella, especialmente en una industria con muchos vaivenes y presupuestos muy variables. Un contrato con Inditex pone en el mapa a cualquier artista principiante.
Además, y a sabiendas de que se trata de una excelente clienta potencial, las grandes marcas de la alta moda se rinden a sus pies, ofreciéndole todo tipo de atuendo y accesorios, ya que saben que Inditex, que se encarga de dar visibilidad en los medios de comunicación a las prendas que Marta lleva, moverá casi sin querer piezas de alto nivel.
Esto, lejos de ser una coincidencia, es una verdadera estrategia de comunicación. Combinando piezas de Zara, por ejemplo, con otras de Valentino, Balenciaga, Gucci o Loewe, se consigue que las prendas de las marcas de Inditex, Zara, Bershka o Massimo Dutti, «se apropien» de los valores de esas otras casas de moda. Además, se muestra como la combinación de lo caro y lo menos caro es posible e incluso afortunada.
Para ello, Marta Ortega cuenta con un indefinido e infinito grupo de apoyo, que le puede aconsejar y sugerir prendas, accesorios y mezclas, según convenga en la «casa». Entre sus grandes éxitos, no obstante, siguen estando los vestidos de gala, como los de Valentino de su boda, modernos y chic, o los conjuntos muy de sport que combinan pantalón, abrigo y zapatillas deportivas. En los puntos medios, sus aciertos son menos señalados. Todo será cuestión de tiempo, porque materias grises y presupuestos de órdago no faltarán.