Napoleón Bonaparte: el estilo de un militar, un estratega y un diseñador
La importancia de los símbolos y la decoración eran fundamentales para el emperador Napoleón y su mujer Josefina, juntos crearon el estilo Imperio
5de mayo, 1821. Longwood, isla de Santa Elena, perdida al oeste de África. Allí murió hace 201 años Napoleón. Y también se cumplieron hace poco los 200 años de la muerte de Josephine de Beauharnais, su gran emperatriz.
Ambos habían nacido en familias sencillas, Napoleón en Córcega y Josephine en Martinique. Esta criolla casada y viuda de Alexandre de Beauharnais y madre de dos hijos, se convirtió en Emperatriz de Francia, amada y repudiada por Napoleón y en ancestro directo de la mayor parte de las Casas Reales de Europa. Josefina, con su belleza y seguridad, y Napoleón, con su inmenso espíritu creativo, dieron lugar a tendencias que hoy siguen de moda.
La importancia de los símbolos y la decoración era fundamental para ellos. Josefina y Napoleón crearon el estilo Imperio, caracterizado por grandes divanes, terciopelos rojos, remates de inspiración clásica y los símbolos de Josefina (el cisne) y Napoleón (el gallo, la corona laureada y luego la abeja).
El destierro del corsé y 500 sombreros
Incluso Coco Chanel retomó más de 100 años después la adoración de Josephine por las flores de tela, como la camelia de Chanel, y comprendió la importancia de un buen logotipo
Napoleón, que lo mismo le dictaba a su secretario las normas de la Comedie Francaise en plena madrugada, que ideaba una estrategia de ataque o diseñaba un mueble, vistió a sus soldados de lino en verano y de terciopelo en invierno. Eran muy conscientes del protocolo.
Josephine puso de moda las pashminas y chales: se la traían comerciantes de la India para ella, ante un horrorizado Napoleón, que veía sus palacios inundados de pashminas, incluso para decorar muebles, como chales, turbantes o vestidos. El palacio de Malmaison, donde solía estar Josefina, era una verdadera boutique showroom de lujo.
Muselinas, encajes y telas bordadas. Josefina se saltaba las órdenes de Napoleón, que intentaba favorecer el uso de los terciopelos y sedas franceses. Ella importaba ilegalmente cantidades industriales de muselinas transparentes y bordados de la India.
Creó el corte Imperio y desterró el corsé. Puso de moda los vestidos sueltos en muselinas de gran caída, ceñidos bajo el pecho. Cocó volvería a retomar esta moda siguiendo a Paul Poiret. Se favorecía lo cómodo: vestidos amplios y divanes, como replicando el estilo greco romano antiguo.
Tocados y sombreros curiosos. Josephine llegó a poseer una colección de más de 500 piezas, inventariadas anualmente junto con los más de 1.100 pares de guantes y los 600 pares de zapatos. Cocó Chanel, imitándola un poco, comenzó como sombrerera y haciendo tocados de flores.
Obsesión por rejuvenecer. Coronada a los 41 años y con 7 más que Napoleón, Josephine de Beauharnais se hacía peinar por un famoso peluquero y sus esteticistas le aplicaban maquillajes, coloretes rosados y polvos blancos. Sus perfumes venían de Grasse.
Josephine apoyaba a modistas y marcas. Hizo famosos a Madame Rimbaud y a Louis-Hippolite Leroy, quien le confeccionó el impresionante vestido de coronación.
Joyas, perlas y collares largos. Josefina se labró una de las mejores colecciones de joyas de todos los tiempos, recurriendo a los mejores joyeros de la época: Foncier, Margherite o Lebrun. Les encargaba modificaciones y engarces nuevos, y –como Chanel– puso de moda las perlas y los collares largos. Muchas de estas joyas están en las colecciones de las familias reales europeas que descienden de ella, como la sueca.
Saber estar. Napoleón suplió su origen sencillo con un excesivo protocolo: seriedad, uniformes de gala, terciopelos rojos, oros, ceremonias… Josefina se descubrió como una perfecta intérprete, con una elegancia que hizo palidecer a las nobles y las princesas.
Símbolos clásicos
La sobrina psicoanalista de Napoleón. Marie Bonaparte, casada con el príncipe Jorge de Grecia, fue paciente y discípula de Freud. Ambos trabaron una estrecha amistad y ella le salvó de caer en las garras de los nazis. Ayudó financieramente a la familia real griega en su exilio, tanto a la de la Reina Federica como a la de Felipe de Edimburgo. Las joyas de la Casa Real Sueca son las joyas propiedad de los miembros de la misma y de la Fundación Bernadotte.
Gallo, León, Aguila, Abeja, sus símbolos personales
Su fidelidad a los símbolos clásicos ilustra con precisión cuáles eran sus pensamientos. En la sala del trono de las Tullerías, había abejas en la alfombra. A las ciudades que deseaba distinguir, Napoleón les permitía incorporar tres abejas en su blasón.
1815, después de ser exiliado a Elba, donde estaba preso, se fugó desembarcando en Francia. Las tropas que el gobierno francés envió para interceptarle se le unieron y entró triunfante en París. Comenzaba el Imperio de los cien días.