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Imagen de archivo de un buffetEFE

Protocolo buffet

5 horrores a evitar en los desayunos de hotel durante los desayunos

Hace no mucho se viajaba y se vestía en vacaciones con gran decoro, con una etiqueta distinta y más relajada pero igualmente cuidada

Antiguamente, se viajaba y se vestía en vacaciones con gran decoro, con una etiqueta distinta y más relajada pero igualmente cuidada. La covid, el teletrabajo y la vida 3.0, nos han precipitado a una relajación absoluta de las formas, con las ventajas y por ende «repugnancias» visuales que esto conlleva. Repasamos la etiqueta en el buffet de desayuno de los hoteles en vacaciones, un punto de encuentro en el que a menudo se presencian ciertos horrores diurnos:

1.- Llevar gorra/sombrero. Si no estamos en la terminal de American Airlines de Dallas, ni en la cafetería del estadio de los Yankees en Nueva York, no está justificado llevar gorra de béisbol, ni por ende ningún otro sombrero en un desayuno, comida o cena en el interior de un restaurante u hotel. Y digo lo de Dallas y Nueva York por poner un ejemplo, ya que muchos estadounidenses tras la ducha se colocan directamente la gorra con visera. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen. A este lado del Atlántico, nones.

Albornoz de Bown of London en algodónBown of London

2.- Albornoz. No es lo adecuado bajar a desayunar con el comodísimo albornoz, que tan abierto puede llegar a estar, por ser una prenda que –más allá de las piscinas de interior– debe permanecer en la intimidad de la ducha o el baño. El débil cinturón de tela de algodón rizado puede mostrar más de una pieza de fruta e incluso sorprender con atributos sueltos, al más puro estilo de la falda escocesa. No, no y tres veces no, por caridad con los nervios del prójimo.

3.- Ir con el pelo mojado. Mientras que conforta ver que el ajeno se ducha de vez en cuando, aparecer con el pelo mojado en el buffet del desayuno es excesivamente familiar. Los de al lado no viven con nosotros, solo compartimos zonas comunes.

Solfbari

4.- Llevar zapatillas de andar por casa o chancletas. En la medida de lo posible ,y para hacer menos privado el momento, lo ideal es no acudir al buffet de desayuno con las zapatillas de antes de ir a dormir. Buenas sustitutas son las babuchas, los zapatos de conducir o las alpargatas. Lo mismo con chancletas and company: mientras menos pie mostremos al vecino de mesa, mejor será su digestión.

5.- Desayuno con tirantes (de bañador). Lo ideal es no llevar el traje de baño al buffet del desayuno. Y si se lleva, que vaya combinado con un polo o camisa en el caso de ellos y con un caftán o vestido de verano en el de ellas. Nada de ir a cuerpo por el hotel en bikini o bermudas de baño, enseñando lorzas o pelamen. Después de todo, somos animales racionales. ¿O no?