Moda
Matilde de Bélgica calca a Máxima de Holanda
Cuando cumple 50 años, la belga sigue inspirándose en la Reina vecina
Matilde de Bélgica cumple hoy medio siglo. Siempre correcta, cumpliendo a la perfección con el protocolo, no es por ello una de las reinas más fashionistas, si bien es una de las más elegantes. Pero en el histórico de sus estilismos, se repite una constante: emular sin apuro a su amiga y vecina, la Reina Máxima de Holanda.
Alta, guapa y con pelazo, la Reina Matilde ha sorprendido con frecuencia por la repetición de los atuendos de Máxima de Holanda, que a menudo vienen en ambos casos del taller de la marca Natan, tras la que se encuentra el barón belga Edouard Vermeulen. Todo un rey de la moda en el Benelux, pues a menudo viste también a la familia ducal de Luxemburgo, Vermeulen, discreto y poco hablador, ha guardado siempre para sí los detalles de las royals a las que atiende. Pero, aparentemente, no ha sido lo suficientemente creativo o prudente para evitar que Matilde de Bélgica remede de modo sistemático a Máxima de Holanda.
Es cierto que en el Benelux no hay un exceso de creadores y que entre ellos destacan el magnífico Jan Taminiau, holandés, y Vermeulen, belga. Parece normal que la Reina Matilde quiera promocionar a su compatriota, pero resulta extraño que no le parezca ridículo copiar a Máxima incluso con los vestidos más marcados y los tejidos más vistosos, si bien la belga siempre reduce al mínimo joyería y accesorios.
El colmo de la duplicación se dio el año pasado cuando en febrero la Reina Matilde acompañó a su esposo, el Rey Felipe de Bélgica, a una visita oficial a Dubai y Abu Dhabi. Para estas ocasiones escogió unos marcados atuendos de inspiración geométrica uno y floral otro, idénticos a los que Máxima de Holanda había elegido para las mismas visitas a Dubai y Abu Dhabi únicamente 4 meses antes en noviembre de 2021.
Esta evidencia de la falta de reparo, control o creatividad tanto de sus modistos como de la propia consorte belga, extrañó a la prensa local e internacional. En cuatro meses da tiempo a modificar un vestuario de visita oficial y evitar la repetición absoluta y directa, algo chocante que no parece tener razón de ser. Queda claro que Matilde de Bélgica admira a Máxima de Holanda y se inspira en ella. Pero no es seguro que esta falta de variedad promocione la creatividad de sus proveedores habituales y compartidos.