La minaudière, el bolso de la Coronación de Carlos III
La mayor parte de las invitadas escogieron este antiguo bolso rígido como accesorio
La minaudière es un accesorio de moda popularizado hace un siglo, un pequeño bolso rígido con cierre, a menudo acabado tipo joya. Si los primeros bolsos fueron monederos de rejilla de plata o tela, llevados cuando las señoras salían en el siglo XVIII y XIX bajo las faldas, a principios del siglo XX los joyeros Van Cleef & Arpels pusieron de moda llevar en mano lo justo para retocarse las señoras, que comenzaban a salir de noche en los años 20.
La primera minaudière que vi en mi casa era de mi abuela. Consistía en una especie de librito con cierre que incluía una polvera con colorete y una pequeña barra de labios. A menudo estaban hechas en cuero, nácar, plata, terciopelo o carey. Desde entonces, probablemente estuvieron bastante en desuso hasta los años 80, cuando se convirtió en habitual acudir por la noche a las cenas y fiestas con algún tipo de estructura metálica en forma de concha doble, bien forrada o bien en latón.
Bottega Veneta las volvió a sacar al mercado cubiertas en cuero trenzado hace unos años, con su cierre metálico retro. Inútiles como ellos solos, incómodos y a veces sin cadena, ellas los han descartado de sus guardarropas todo este tiempo atrás. Ahora son un accesorio para llaves, tarjeta y móvil que de repente vuelve a mostrarse como una joya más que acompaña a cada atuendo.
La Coronación de Carlos de Inglaterra ha supuesto la confirmación de la vuelta de la minaudière a las fiestas y celebraciones. Casi todas las reinas y princesas escogieron algún modelo, ya fuese ovalado, recto como Victoria de Suecia, con forma de libro como Marie-Chantal de Grecia, oval de Bottega Veneta como la llevó Rania de Jordania o bien con pedrería, como la que eligió Beatriz de York para la ceremonia oficial.
Este bolso, exquisito y pequeño, enjoyado y delicado, no muy útil pero muy decorativo, se lleva para ser visto, para llevar lo justo y para no ir sin nada en la mano. Es el momento de recuperar estas minaudères del armario de madres, abuelas o bisabuelas, e incluso rescatar algún modelo ochentero que se convierta en una pieza única que combine con juego con el resto del atuendo.