El guardarropa de Sánchez en Lanzarote: entre Tony Leblanc y Frank de la Jungla
Ahora que ha creado un nuevo personaje, ya es detectable con facilidad, pues a ningún otro españolito se le ocurriría ir de esta guisa
La curiosa imagen de Pedro Sánchez en Marruecos se ha repetido ahora en Lanzarote. Como si de un nuevo y sorprendente uniforme castizo se tratase, el reciente look del presidente en funciones es un auténtico cruce entre Tony Leblanc, Frank de la Jungla y el famoso personaje del cuplé madrileño de los años 30, «El Pichi». Veamos por qué.
Lo más impactante del extraño atuendo presidencial ha sido la gorra, un accesorio que ya no está de moda en tonos tan claros para la playa, si bien es un elegante imperativo en tweed en las jornadas camperas al sol de invierno. Directamente ha pasado a encarnar al Tony Leblanc de La Revoltosa al dar vida a un Leblanc sufrido padre de Torrente. Las extrañas gafas estrechas no han acompañado el invento, despistando inicialmente hasta al observador o reportero más avezado. Ahora que ha creado un nuevo personaje, ya es detectable con facilidad, pues a ningún otro españolito se le ocurriría ir de esta guisa. Conste que le faltaban la nevera portátil, la sombrilla y los rastrillos infantiles. La camisa de palmeritas y manga corta es fiel reflejo del atuendo de Torrente hijo –Santiago, sí– en su edición de Marbella.
Las bermudas y el calzado claro, así como el porte del neno e incluso, increíblemente, su cabeza, cabello y rostro, son idénticos a los de Frank de la Jungla, ese valiente leonés que nos ha entretenido atrapando con el mismo cariño a una pitón birmana que liberando a reptiles atrapados en los manglares o dando de comer a algún pajarillo asiático caído del nido.
Por si fuera poco, y como madrileño que es, Sánchez recuerda al cuplé de la obra musical Las Leandras que se estrenó en Madrid en 1931. Entre sus personajes, destacaba «El Pichi», que estrenó Celia Gámez y que más tarde interpretaron Laura Pinillos, Sara Montiel, Rocío Dúrcal, María José Cantudo, Paloma San Basilio, Miriam Díaz-Aroca y –más cómicamente– la tronchante y magnífica Lina Morgan.
Todas ellas, vestidas de hombre castizo con gorra clara, interpretaron al chulo madrileño por antonomasia. El Pichi era un hombre chulo, dominante con las mujeres y quizás profesional de quién sabe que sector. El cuplé se canta así: «Pichi es el chulo que castiga… Pero yo que me administro… cuando alguna se me cuela, como no suelte la tela, dos morrás la suministro, que atizándoles candela yo soy un flagelador…».
En esa época de la República, el personaje del Pichi, que ahora sería reprobable y por completo políticamente incorrecto, caía tan simpático que incluso se hizo un muñeco infantil con su atuendo y nombre. Y así es como Pedro Sánchez ha unido a Tony Leblanc, a Frank de la Jungla y al Pichi en un verano surrealista.