Mary de Dinamarca, una reina de blanco
La ahora reina consorte ha acertado con su atuendo en la proclamación de Federico X como nuevo Rey de Dinamarca
La nueva reina de Dinamarca, consorte eso sí, ha escogido muy bien el atuendo para estrenar este reinado suyo que tanto se ha tambaleado últimamente. De blanco, con manga larga y coronado con un precioso escote drapeado y colocado con relieve en redondo, Mary Donaldson ha mostrado de nuevo que sabe asesorarse y no confundirse, aunque nunca haya sido creadora de tendencias.
Emulando a otras reinas consortes en su estreno en el reinado durante la proclamación o coronación de sus maridos, ha escogido el color de la pureza y el estreno, un blanco que ya escogieron para situación semejante tanto Doña Letizia como Matilde de Bélgica y Camilla Parker-Bowles. Además, teniendo en cuenta que la reina Margarita ha vestido de rojo para la firma de la sucesión en manos de su hijo, blanco y rojo representan los colores de la bandera danesa.
Al igual que Matilde, Camilla y Letizia, escogió un tejido potente con cuerpo, eligiendo como la reina belga un cuello que protagonizaba el estilismo. Un cuello redondeado y alzado que ya utilizó la reina Fabiola de los belgas el día de su boda, con un modelo que diseñó impecablemente Balenciaga, entallado hasta la cintura, con una gran falda fruncida y una inesperada y confortante tira de visón bordeando escote y talle. Curioso que Isabel Preysler escogió para su boda civil con Miguel Boyer un atuendo corto y en gris, pero con el mismo corte de falda y pieles.
El danés Soeren Le Schmidt ha sido el encargado de diseñar el vestido de la nueva reina consorte de Dinamarca. Lo más sobresaliente de su discreta trousse de joyas no han sido ni los pasadores en el pelo, ni los pendientes de rubís rosas, ni el broche con función de devant-corsage en su cinturilla, sino que ha sido un enorme broche en su hombro izquierdo, la insignia del nuevo rey con su imagen colgada de un lazo rosa de grosgrain. La primera vez que se luce la insignia de Federico X con su cara, un hábito que las princesas nórdicas tienen al portar cintas o condecoraciones. En suma, ha lucido impecable y rigurosa Mary para su día más grande.