Carla Pereira. La directora del corto «Todo está perdido», que este año ha sido nominada a los Goya, supo ser efectista y recordar la trama del film. Aterradora y dando grima, ha acertado acudiendo espantosa con un modelo de dos piezas en rejilla rosa, unas uñas postizas a juego y un maquillaje con perlas pegadas al rostro, ojos de vampiro azules y maquillaje rojizo. El top, una especie de tirita grande que dejaba poco a la imaginación, no era nada comparado con el extraño bebé-duende de plástico que llevaba en brazos y que protagoniza su corto. Acertadamente horrible.