Abejas obreras de la costura: así se hizo el vestido de Penélope con un trabajo de 1.200 horas y 360.000 piezas

Las abejas obreras trabajan recolectando néctar, elaborando miel, creando panales, fabricando el veneno que llevan en su aguijón y preparando la jalea real que da a las larvas recién nacidas y a la reina. Del mismo modo, en la alta costura, son las llamadas «petites mains», las verdaderas obreras de la moda de alto nivel, las encargadas de tareas minuciosas y repetitivas pero absolutamente esenciales. Veamos cómo se refleja esto en la alfombra roja de los premios Goya.

Las abejas obreras mantienen un ritmo de trabajo fuerte, unas 23 horas al día, más activamente entre las 08:00 y las 23:00 horas. Pueblan la colmena y hacen que funcione de modo casi automático. Pero, al igual que en la moda, sin «abeja reina», la colmena se vuelve huérfana, pierde su feromona de cohesión y se queda sin identidad. Al igual que estas abejas, las petites mains, o costureras de base en un taller, son indispensables para los vestidos de alta costura. A menudo se requiere bordar cientos o miles de cuentas en un vestido para dar lugar a dibujos o colores complicados.

Tal ha sido el caso del vestido de Chanel Couture llevado por Penélope Cruz durante la gala de los Goya. Con flores rosas, fresas y hojas bordadas en pedrería manualmente, el modelo ha requerido más de 1.200 horas de trabajo y la increíble cantidad de 360.000 piezas de pedrería montadas. Embajadora desde julio del año 2018 de la marca francesa, Penélope lució en esta ocasión un modelo de la alta costura del otoño-invierno 2023/2024 que se presentó el pasado verano en París.

Cuada cual cumple su rol en un taller de costura, ya sea parisina, italiana, española o más concrétamente valenciana, como fue el caso del vestido escogido por Cayetana Guillén-Cuervo. Su modelo, elaborado en los talleres de Isabel Sanchis, contaba con unos increíbles volúmenes invisibles, creados por el complicado cosido de crines negras en finas telas, proyectando imágenes de flores en ambos lados del tejido. El proceso de elaboración de estos vestidos, que en este caso se tardó en acabar tres meses, incluye distintos grados de expertise, diferentes tipos de conocimientos y técnicas para dar lugar a una increíble pieza entre la moda y el arte.

Y es que en la costura, además de una gran batuta ocupada de crear la idea e imponer su desarrollo, son necesarias distintas profesiones y técnicas que a menudo requieren una atención al detalle y una precisión matemáticas. Esas petites mains, tan ajenas a los premios y las menciones pues sus nombres quedan en las sombra, son las garantes de las tradiciones, del saber hacer y de la moda con mayúsculas. A menudo en las esquinas de un taller e incluso con frecuencia trabajando por cuenta propia desde sus propias casas para los grandes de la moda, este artículo pretende homenajear el silencioso trabajo de est@s especialistas minucios@s y poner en relieve la importancia del detalle en la joyería y la moda.