Ayuso sienta cátedra

Como tantas piezas del guardarropa, las bermudas nacieron en el entorno militar. Esos «shorts» largos que llegan hasta unos centímetros por encima de las rodillas, los ideó la Armada Británica para sus destinos en las Colonias tropicales o de clima desértico. Ahora comunes en el guardarropa femenino y masculino en los destinos playeros de verano, se han visto en portada por llevarlas a trabajar Isabel Díaz Ayuso.

La escasez de tejido durante la Segunda Guerra Mundial y el buen clima de la zona convirtieron estos pantalones en un básico de las las Islas Bermudas, de las que tomaron su nombre. Allí incluso forman parte del atuendo de trabajo de los oficinistas del Bank of Bermuda. Son, por tanto, una prenda del guardarropa protocolariamente correcta en estas islas, siempre que el tejido sea el correcto y se lleven con chaqueta de sport o blazer, camisa de vestir, corbata y calcetines hasta las rodillas. Todos vestidos como niños de 8 años en una boda en España.

Vigente entre algunos cuerpos militares canadienses y utilizada con mucha frecuencia en zonas cálidas de Australia y los Estados Unidos, se trata de un recurso de vestir fácil para cualquier señor de vacaciones de verano en la playa.

La bermuda domina del Mediterráneo al Atlántico: desde los barcos en las islas griegas hasta El Puerto de Santa María, desde Punta Umbría a los Hamptons. Se combinan con un polo o una camisa de algodón, con zapatos de barco o alpargatas. Pero este comodín veraniego tan de sport, para ir a por el pan o a comer a un chiringuito, lo ha versionado Isabel Díaz Ayuso para acudir a su trabajo en Madrid.

Ayuso es heroica hasta en esto. Después de comenzar su vida política con un perfil bajo en cuanto a estilismos, se ha convertido en una mujer bien vestida que se deja asesorar. Ahora que se lanza a las nuevas versiones del guardarropa profesional femenino en ola de calor, lo hace con unas bermudas, que aunque tenga 45 le quedan bien. La pregunta es si lo ideal era acompañarlas de una camisa con brillo en tonos rojizos y con unas zapatillas deportivas, como hizo, o hubiese sido más favorecedor que fuesen con camisa beige, sahariana o polo y unas sandalias con cuña de esparto. Pero Ayuso sienta cátedra y nunca se amilana.