Doña Letizia y los préstamos de prendas

Doña Letizia ha escogido la marca parisina cuando ésta se encuentra en un momento polémico. La atención mediática se vuelca hacia París por el comienzo de los Juegos Olímpicos. Los Jefes de Estado aparecen en la cena de este jueves noche en el museo del Louvre. Doña Letizia, habitualmente alérgica a la moda francesa, ha sorprendido con un Dior sacado de un desfile, justo cuando la casa francesa atraviesa por un momento controvertido.

Thomas Bach, el presidente del COI, y su esposa ha recibido a los invitados frente a la pirámide del cristal del Louvre. Han acudido Macron y Brigitte, los reyes de Bélgica, los de Dinamarca, el rey de Holanda y Don Felipe y Doña Letizia. La Reina ha escogido un vestido del último desfile de Dior Alta Costura que le han prestado en la casa francesa, porque aquí solo pagan los que no conocen ni al tato, como es de rigor.

El detalle de vestir ropa francesa ha quedado algo deslucido al tratarse de una marca que lleva algunos de los peores días de su historia. En Italia se acusa a Dior y a Armani de fabricar en condiciones poco adecuadas sin respetar los derechos fundamentales del empleado artículos como bolsos y accesorios. Estarían hechos por la numerosa comunidad china de alrededor de Milán. Ilegal en muchos casos, se trata probablemente de la comunidad más grande de aquella nacionalidad fuera de China y de la ciudad de San Francisco.

Se investiga en Italia el trabajo de proveedores chinos de Dior en Italia por forzar a los empleados a llevar a cabo largas horas de trabajo con salarios ínfimos e infringiendo las normas exigidas en cuanto a seguridad y salubridad. En Dior, controlada por LVMH, han declarado estar cooperando con las autoridades legales italianas y han asegurado que no se efectuará ningún pedido adicional a los proveedores investigados. Vamos, que las acusaciones pueden ser ciertas.

Doña Letizia, probablemente invitada con Don Felipe a la otra mega fiesta de esta noche, la del grupo LVMH en su museo del Bois de Boulogne, habrá decidido hacer el favor al propietario mayoritario de Dior, Arnault, de llevar un vestido de su marca fetiche a cambio de evitar su fiesta, un evento organizado por Pharrell Williams con todas las influencers del universo invitadas.

A Dior, no solo le afecta esta polémica, sino que se sabe que sus ventas, así como las de sus empresas hermanadas en el grupo LVMH, no están en alza. El tema de la cesión de vestidos, tal y como se hace con las celebrities, cantantes y actrices, comienza ahora a hacerse con las royals. Las primeras, incluso cobran por llevar una marca, las segundas se escudan en no tener que aumentar los gastos a cargo del erario público por ir bien vestidas. Vamos, que entre unas y otras, la casa sin barrer. Y la moda sin vender.