Estilo de vida
De Israel a México: cinco desayunos internacionales para todos los paladares
Para todos aquellos que quieran ir más allá de los desayunos más típicos, El Debate te ofrece una selección de algunos de los más populares en otros lugares del globo
Hay quien dice que la mejor dieta es desayunar como rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo. Teniendo en cuenta este viejo refrán que habremos escuchado más de una vez, normal que consideremos el desayuno como la comida más importante del día. Tomar algo más que un café deprisa y corriendo es posible, sobre todo, cuando la alternativa es sumergirse en la cultura gastronómica de otros países. El desayuno es un buen indicador de los gustos culinarios de cada región del mundo y estos que te proponemos son buenos ejemplos de ello.
Huevos rancheros (México)
Para el desayuno… o para cualquier otra comida del día. Lo cierto es que la versatilidad de los conocidísimos huevos rancheros típicamente mexicanos permite disfrutarlos a lo largo de todo el día. De hecho, en México se suelen servir en la mayoría de restaurantes y taquerías a cualquier hora.
Y no es para menos porque es un plato muy completo a base de tortillas de maíz, huevos fritos, salsa de tomate picante, puré de frijoles con queso rallado y aguacate. A esta receta más tradicional se le puede añadir chiles serranos, salsa verde, frijoles o un delicioso pico de gallo. Siempre y cuando a uno le guste el toque picante, claro. A los jornaleros que trabajaban en los ranchos parecían no disgustarle porque era lo que almorzaban cada día, popularizando el plato hasta convertirlo en uno de los más versionados del planeta.
Desayuno completo (Inglaterra)
La tradición del sustancioso desayuno de Reino Unido proviene de los lords ingleses que realizaban en sus casas de campo reuniones sociales de varios días. Los invitados se alojaban en la mansión del anfitrión y degustaban el ahora conocido como full english breakfast, que suele constar de huevos, bacon, salchichas, champiñones, alubias y tomate, acompañados de tostadas y una taza de té negro con leche.
Igual de populares son los porridge, gachas de avena con frutas, especias, miel o frutos secos, o los crumpets, unos pequeños pasteles originarios de Escocia y similares a las clásicas tortitas, pero mucho más esponjosos y con pequeños surcos en los que se cuela la mantequilla o el sirope al cocinarlos.
Tostada kaya (Singapur)
Las tostadas kaya surgieron cuando los cocineros chinos de la isla de Hainan, que trabajaban en la flota británica, se asentaron en Singapur y decidieron incorporar la mermelada local a parte del desayuno inglés. La fusión de culturas permitió crear este plato, hoy mundialmente conocido y típico de la zona en el que se disfruta de una crujiente tostada de mantequilla y azúcar cubierta con una generosa capa de esta pasta de leche de coco dulce entremezclada con hojas de pandan, un fruto local, que le otorga un inconfundible color verde pálido. Hay quien compara el kaya del sudeste asiático con doce de ovos, la tradicional crema de huevo portuguesa.
Lo habitual es acompañarla de huevos pasados por agua sazonados con salsa de soja, porque introducir las tostadas en las yemas líquidas permite la mejor combinación de dulce y salado. ¿De bebida? El tradicional café kopi, al que suele añadírsele leche condensada.
Baghrir (Marruecos)
Estos crêpes, a diferencia de los franceses, suelen ser un poco más gruesos y suelen estar repletos de pequeños agujeros, de ahí que se los conozca como los «crêpes de los mil agujeros». Para elaborarlos se utiliza sémola de trigo y dos tipos distintos de levadura.
Al cocinarlos, tan solo se cuajan por un lado, dejando una superficie la capa en la que se forman todos los surcos que, como en el caso de los crumpets, sirven para que se cuele el almíbar o sirope de agua de azahar con el que suelen acompañarse. Claro que para conseguirlo también será necesario dejar reposar la masa durante un tiempo para que se llene de aire. Es típico de la cocina magrebí, aunque también se puede comer en Melilla, en donde recibe el nombre de jeringo, y otros puntos del norte de África.
Shakshuka con queso (Israel)
Con influencia norteafricana, es uno de los platos por excelencia de la cocina árabe, tan agradable que se ha popularizado no solo en Israel, sino en Túnez, Marruecos, Egipto, Libia y Argelia. El shakshuka fue introducido por los judíos tunecinos que viajaron a Jerusalén y significa «todo mezclado», una definición muy acertada teniendo en cuenta que está preparado a base de tomates guisados, huevos escalfados, ajo, pimientos, cebolla y especias esenciales. Si se tolera el picante, es recomendable probar el shakshouka charif. Lo imprescindible es cocinarlo en una olla de barro o tajín y acompañarlo de pan matzá crujiente.