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La compañía CricketOne va a comercializar grillos de forma exclusiva en Europa durante cinco añosGTRES

Gastronomía

¿Qué es el polvo de grillo? El ingrediente que invadirá tus platos

En el BOE del 4 de enero de este año, se autoriza la comercialización de polvo desgrasado de Acheta como nuevo alimento

En el Boletín de la Unión Europea (DOUE) de 11 de febrero de 2022 se autorizaba la comercialización de formas congelada, desecada y en polvo de Acheta domesticus, vulgo grillo. Pueden consultarlo en este enlace.

En el Boletín del 4 de enero de este año, se autoriza la comercialización de polvo parcialmente desgrasado del dicho Acheta como nuevo alimento. Se utilizará, y cito textualmente: «En panes y panecillos multicereales, galletas saladas y colines, barritas de cereales, premezclas secas para productos horneados, galletas, productos secos a base de pastas rellenas y no rellenas, salsas, productos transformados a base de patata, platos a base de leguminosas y vegetales, pizza, productos a base de pastas, lactosuero en polvo, sucedáneos de carne, sopas y concentrados o polvos de sopa, aperitivos a base de harina de maíz, bebidas similares a la cerveza, artículos de chocolate, frutos de cáscara y semillas oleaginosas, aperitivos distintos de las patatas fritas y preparados de carne, destinados a la población en general». Pueden comprobarlo aquí.

Al Acheta se lo va a encontrar usted hasta en la sopa, literalmente. Eso sí, desgrasado para que no engorde. A instancias de la compañía Cricket One, que no producen en la Unión Europea y cuyas factorías y oficinas están localizadas en Vietnam, según señalan en su página web. Y lo van a comercializar en Europa en exclusiva durante cinco años. Producen 100 millones de grillos al mes en lo que parece un negocio redondo. De momento, porque si consumimos con generosidad los números de la compañía aumentarán. Y no están solos, esta startup ha recibido financiación de Corecam Capital Partners, con sede en Singapur.

Carne de perro, en Vietnam

En cuanto a la rareza de comer grillos, no se escandalicen, en Vietnam podrán encontrar carne de perro enjaulado, vivito y coleando, a la entrada de cualquier restaurante modesto, que usted puede elegir a placer para la comida del día, y muchas más cosas que resulta duro observar. Pero Vietnam tiene su forma de vida y Europa otra; una bien distinta que se ha practicado durante más de dos mil años, donde converge nuestra historia, la de una civilización formidable. Detrás de este movimiento, la agenda 2030 toca a rebato con su famosa intención de dar la vuelta a nuestro estilo de vida, a nuestra cultura ¿Nos animarán a comer perritos en una segunda vuelta? Quizás sólo si es un buen negocio.

Según las especificaciones que se acompañan a la autorización de la UE para su comercialización, el polvo de sus grillos presenta en su composición: quitina, cianuro, metales pesados como plomo y cadmio y micotoxinas (desechos tóxicos del reino de los hongos). Y proteínas, cómo no, que son las que justifican su crianza, por supuesto, y el cambio de paradigma al que nos están conduciendo. Desde la compañía aseguran que, al contrario que sus competidores, ellos controlan la crianza de sus grillos. Es entonces cuando uno se echa a temblar.

Posibles alergias

Pero tengan en cuenta que cualquier alimento con contenido en quitina provoca una importante dificultad en la digestión de las proteínas, y que estos grillos además de presentar en su composición el más alto grado permitido legalmente de dioxinas (sustancias tóxicas vinculadas con el cloro), cuenta con la presencia de bacterias como el estafilococo o la escherichia coli, además de levaduras y mohos. Por no hablar de las posibles alergias que causen en una población no habituada a su consumo, o de factores aún no detectados.

El problema no es el insecto en sí, ni que grupos de personas que los han consumido en sus respectivas tradiciones sigan consumiéndolos cuando provienen de un entorno natural. Sino lo que representa el cambio inducido en una población, en este caso europea, que se va a ver afectada por el despliegue de insectos en la comida y lo peor, de polvo de insectos difícilmente detectables en los alimentos preparados. Criados artificial y masivamente, por supuesto. En lo referente a la alimentación no hay que practicar la ingenuidad, esta estrategia no es casual.

Si no queremos consumir este tipo de alimento, nos obligarán a leer cuidadosamente todas las etiquetas, a comprar menos platos preparados y a estar ojo avizor. Muchas cosas extraordinarias han llegado a distintas culturas sin necesidad de provocar cambios sustanciales en ella, vayámonos a algo cercano, como el tomate, la patata o el pimiento. O mucho antes, la mejora del cultivo de la antiquísima oliva, cereales de distinto ciclo, o gallinas, unas aves que apenas se conocían en Grecia hasta el s. VI a.C.

El mundo cambia, la alimentación con él, esto es inevitable y ya vemos que hasta positivo. Lo que no es positiva es la imposición de productos, el afán de dinamitar el sistema ganadero y rural español en aras de animales que no pertenecen a esta tradición gastronómica. En una evidente y explícita maniobra por destruir una forma de vivir, de comer y de entender la vida. Y no están llamando a la puerta, ya están en casa.

Practiquen la rebeldía. Coman bien, cocinen y cuídense con alimentos tradicionales producidos en España.