Siete errores que cometes a la hora de comer pizza e irritan a los italianos

Carbonara, tiramisú, lasaña, risotto, osobuco, milanesa, pizza... Cuando le preguntan a un italiano cuál es el plato por antonomasia de su gastronomía puede que le surjan dudas. Al fin y al cabo, son una de las potencias culinarias más importantes del mundo. Sin embargo, no titubearán cuando se les cuestiona sobre la manera indicada de comer una pizza.

La historia de la pizza es tan antigua como la historia de la humanidad. Se dice que la antigua Grecia ya se servía el una especie de pan decorado con hierbas, especias, ajo y cebolla y que los soldados persas tomaban pan plano con queso fundido por encima. O que otras tropas, en este caso las romanas, comían unos panes parecidos a las focaccias, de origen etrusco. Aunque la pizza, tal y como la conocemos hoy en día, nació en el SXVII en Nápoles.

Puede que perdonen a todas estas civilizaciones antiguas en su forma de comerla, pero no tienen reparo alguno con sus iguales. Para evitar ofenderlos en nuestro próximo viaje, recordamos el mantra de Il Corriere della sera con errores que cometemos y debemos evitar a toda cosa.

No hacerlo con educación

A Il Galeteo, el código italiano de los buenos modales –que rige rajatabla muchos hogares del país–, no le importa si tú consideras la pizza como una comida formal o informal. En Italia, comerla es algo formal, por eso pocas veces verás a un italiano hacerlo sin educación o degustarla despacio como si se tratase de cualquier otro plato italiano.

Pedir siempre la misma

Suele ocurrir que nos sentamos en la mesa y, tras echar un vistazo rápido a las opciones disponibles, recaemos en la propuesta habitual. Para los italianos, pedir siempre lo mismo es una falta de respeto. Con lo extensa que es la variedad de pizzas, ¿cómo no probarlas todas?

Personalizarla demasiado

Los menús son el resultado de largas y complejas jornadas laborales donde los chefs canalizan con esfuerzo su capacidad culinaria para crear nuevos platos. Está bien pedir añadir o quitar algún ingrediente que no te guste o puedas comer. Por lo demás, confía en las combinaciones ideadas por los pizzeros, sin dejarte llevar por la imaginación.

No esperar

No todas las pizzas salen del horno al mismo tiempo. Pero aún a riesgo de que llegue tu pizza y la del resto de comensales tarde en llegar, para los italianos será un error si empiezas a comer sin esperar a que todo esté sobre la mesa.

Podemos estar de acuerdo en que esta situación es evitable. Ese pequeño intervalo también podría ser suficiente para que su pizza se enfríe, lo que la hace menos agradable para comer. Bastará con preguntar a nuestros acompañantes si les molesta que empecemos.

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Puede sonar extraño, pero intercambiar porciones de pizza no es negociable. Para ello existen diversas fórmulas, como la pizza al metro o los platos mixtos. De lo contrario, que todos disfruten de lo que han pedido, sin interferir en la alquimia que se crea entre la pizza y el individuo. Lo mismo ocurre si dejamos un trozo o borde sin comer.

¿Cerveza o vino?

En Italia hay un refrán que dice: pizza e birra in compagnia (pizza y cerveza en compañía). Sin embargo, muchos opinan que no hay necesidad de ceñirse al cliché. El vino también es una elección totalmente válida si así lo deseamos.

¿Con las manos o con cubierto?

En teoría, según las buenas costumbres, deberías usar cubiertos, a no ser que sea pizza al taglio, en cuyo caso comerla con cubiertos sería toda ofensa. En este caso, además, el protocolo a seguir es plegarla por la mitad. Esta sencilla forma ayudará a protegernos del queso caliente y degustaremos de un solo bocado todos los ingredientes evitando, además, que se caigan.