Juanito Juan: mucho más que el «pescaíto frito» de toda la vida

Cuando le pedí a mi querido Carlos Herrera que me recomendase un restaurante en Málaga para comer «pescaíto frito», me recomendó esta maravilla de sabores que está ubicado en uno de los lugares más emblemáticos y populares de la ciudad malagueña, El Palo.

Allí, junto a una de las playas más «populares» de Málaga, en un entorno de calidez humana y un paisaje luminoso y marinero, está uno de mis lugares favoritos cuando mi cuerpo me pide Sur. A Juanito Juan hay que ir sin plan preconcebido, sentarte en su comedor sencillo, sin lujos, pero muy acogedor, y dejar que sean ellos quienes te vayan espaciando el menú, tienes que dejarles que te traigan lo que quieran y como quieran. 

Para empezar una ensaladilla rusa de las mejores que he comido en mi vida, con todos los ingredientes que debe llevar un plato tan socorrido, pero tan mal tratado en general. Luego, vino todo lo demás, las acedías – qué bien fritas Dios mío – los victorianos, pequeñitos y sabrosos a más no poder, las ortiguillas, los boquerones, unas gambas de primera clase, las almejas a la marinera que más nos gustan, las de mojar pan, los calamares crujientes y hermosos, esa concha fina que sabe a mar puro de Málaga… Y todo servido con una sonrisa permanente y ese gracejo especial que tienen los malagueños para conectar con la gente. Hasta el postre tenía ese toque «especial» de un restaurante distinto, que destaca, sobre todo, por la autenticidad de todo lo que está en la carta. 

Es una explosión total de sabor y una exhibición de todas esas cosas ricas que tiene Málaga y que son algo más, mucho más que el «pescaíto frito» de toda la vida. Y del precio, no os preocupéis, no os van a dar ningún susto. Así es Juanito Juan, un restaurante-taberna que no presume de nada y que se dedica a algo tan gratificante como dar de comer – y muy bien, por cierto – a hambrientos como tú y como yo. Volveré pronto a Juanito Juan cuando necesite sentir cercano el calor, la belleza y el sabor del mar de una tierra única y de un lugar inolvidable.

Y ya sabes, vete de mi parte.