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Gato negro

Vete de mi parte

El gato negro, autenticidad familiar en Santiago de Compostela

Es de esos lugares que echas de menos cuando estás lejos y a los que siempre estás deseando volver

No sé quién me llevó por primera vez a El gato negro. Debió ser en aquellos años que pasé en Santiago de Compostela abriendo micrófonos al futuro en mi querida y recordada Radio Galicia. Está en el centro caliente de la ciudad más hermosa de España, en la calle Raíña, paralela a la emblemática calle de Franco. En esas calles es donde Santiago se convierte en ronda diaria de vinos y tapas para los habituales de Compostela y para los miles de turistas que llegan a la ciudad con urgencia de mesas y manteles.

Seguro que hay mejores restaurantes en Santiago, más elegantes, quizás bastante más «finos», más recomendados por las habituales guías gastronómicas que todos consultamos de cuando en cuando. Alguno de ellos los hemos recomendado aquí y no nos arrepentimos de ello. Pero El gato negro, afortunadamente, es otra cosa. Manolo Vidal y Pili Costoya, con la colaboración de su hijo Xoan, conforman el equipo humano de este templo de la pureza gastronómica gallega. No busquéis lujos, ni manteles caros, ni reverencias del personal. En El gato negro todo es sencillo y auténtico, todo es familiar, desde su pequeña barra y su suelo de piedra de granito hasta las escasas y humildes mesas y taburetes, siempre en permanente lista de espera. Es de esos lugares que echas de menos cuando estás lejos y a los que siempre estás deseando volver.

Pulpo a feira

Pulpo a feira

Uno de los platos de referencia obligada es el hígado encebollado, un manjar que está cayendo en desuso y que ellos han convertido en plato estrella de la carta. Hay que probarlo, aunque no te guste el hígado. El pulpo á feira es rotundamente bueno, las raciones son abundantes y el aliño perfecto. Si tenéis suerte, es posible que os sorprendan con una empanada de congrio, una de las distintas variedades de empanada que preparan cada día. El marisco está recién salido del mar gallego y saben darle la cocción adecuada para que sea un bocado tentador. Las almejas a la marinera son de las de mojar pan y con eso está dicho todo. Puede que cuando vayáis haya xoubiñas, un pescado pequeño y tremendamente sabroso que solo se puede degustar en Galicia. No quiero olvidarme de los chocos y de los mejillones en escabeche mágico que son marca de la casa. Y, por cierto, el vino todavía lo sirven, si así lo deseas, en las clásicas tazas blancas que hicieron popular el dicho de «ir de tazas».

Ir a Santiago es casi una obligación para el cuerpo y para el alma. No dejes de ir a El gato negro si quieres cocina «con verdad». Y, ya sabes, vete de mi parte.

El gato negro

c/Raiña s/n
15702 – Santiago de Compostela
Tfno. 981 583 105
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