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La entrada en 7 portes es fascinante, una elegancia sencilla y efectiva que te enamora

Gastronomía

7 portes, templo de la gran cocina catalana

Este restaurante hace de Barcelona un paraíso de sabores y sensaciones

Barcelona es una gran ciudad en todos los aspectos. Cuando vas a Barcelona, sabes que te vas a encontrar con la luz, con la belleza, con el mar, con un estilo de vida muy diferente al de otras ciudades españolas. Me gusta subirme al AVE de cuando en cuando y presentarme en la capital de Cataluña con todos mis sentidos en posición de felicidad. Con motivo de la presentación de mi libro Hasta que se me acaben las palabras, me fui a Barcelona unos días, para firmar ejemplares y charlar en radios y televisiones con los mejores presentadores de la ciudad.

Fue una experiencia fabulosa que me dio la oportunidad de conocer y saludar a todos los que en la actualidad parten el bacalao en los distintos medios de difusión barceloneses. Y, al tiempo que vaciaba mi alma de recuerdos y descubría los secretos de un libro escrito con el corazón, aproveché el tiempo libre para visitar esos templos de la gran cocina catalana que hacen de Barcelona un paraíso de sabores y sensaciones.

Mi editor David Trías de Penguin Random House fue mi cicerone improvisado. Antes de atender sus sugerencias, me reuní con el equipo de Deportes Cope capitaneado por Jordi Gasoliva y Manolo Oliveros, en un lugar precioso donde comer es algo más, mucho más que elegir unos platos del menú. En Can Travi Nou viví una de esas noches inolvidables llenas de sabor y de amistad. He prometido volver a Can Travi Nou en cuanto sienta, otra vez, necesidad de buena mesa y buena compañía.

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Pero la auténtica sorpresa de mi viaje fue el restaurante 7 portes, con 185 años de historia y una trayectoria de calidad y servicio que le ha convertido en una institución en la ciudad. La entrada en 7 portes es fascinante, una elegancia sencilla y efectiva que te enamora. La madera del techo, la luminosidad, el estilo de mesas y sillas, la decoración intimista y sugerente, todos los detalles están trabajados para que te sientas como en casa.

Y después de la sorpresa inicial, vino lo mejor, la comida. Todo estaba delicioso, la esqueixada de bacalao con tomate y la escalibada fueron el comienzo de un menú largo y encantador que recuerdo en todo su esplendor. Me alegro de haber probado la sopa de rape 7 Portes con salsa rouille. Es algo distinto, original y sabrosísimo. Mis amigos pidieron suquet, la famosa «salsa barquera» de toda la vida hecha a conciencia y no se equivocaron.

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En un menú catalán de verdad no podían faltar los canelones. Y no faltaron. Hay que hacer un aparte con este plato, porque no es fácil conseguir la excelencia como lo consiguen en 7 Portes. Solo por los canelones, ya vale la pena viajar a Barcelona para disfrutarlos. Me cuentan que son especialistas en paellas, arroces diversos y fideuá. Solo me dio tiempo a probar un bocado de la paella parellada con langosta y fue suficiente para avalar su calidad, su punto de cocción tan exacto y su profundo sabor a cosa rica. Le doy las gracias a mi editor David Trías por descubrirme uno de esos lugares de culto en los que comer es vivir. Les recomiendo que, si van a Barcelona, no dejen de visitar 7 portes. Y seguro que me darán las gracias por el consejo, vayan o no de mi parte.

7 portes

Pg. D' Isabel II, 14
​08003 - Barcelona
​Tfno. 933 19 30 33