Fundado en 1910

Botillería y fogón Sacha, ubicado en el madrileño barrio de Chamartín

Vete de mi parte

Sacha, mezcla perfecta de calidad, originalidad y sabor

Desde sus comienzos tuvo ese aire especial de sitio único al que no solo se va a comer

Una de las grandes virtudes de Madrid es su diversidad. Vayas a donde vayas, siempre encontrarás algún motivo para convertirte en fan de esta ciudad que nunca se detiene. Hay una zona en constante evolución que nace en el Bernabéu y se prolonga por todas las calles y barrios adyacentes. Es un Madrid cosmopolita, centro de negocios y, al mismo tiempo, centro gastronómico de altura.

Los grandes hoteles ubicados en la zona contribuyen a esta expansión brutal. El mastodóntico estadio, piedra angular del desarrollo de la Castellana y su entorno estos últimos años, sigue su curso hacia la consagración definitiva como gran estadio del mundo. Será en diciembre y le convertirá en un meganegocio de proporciones fantásticas. Florentino sabe lo que hace y el Real Madrid va a encontrar en su remodelación la llave que hará realidad todos sus sueños futuros.

Se jugará al fútbol, lógicamente, pero, además, los grandes restaurantes, los grandes eventos, las grandes ferias y presentaciones tendrán como marco ideal ese Bernabéu casi espacial, al que le va a sentar de maravilla el cambio de cara. Y si esta zona ya era de gran interés turístico, con la atracción del estadio se va a convertir en otro de los grandes atractivos de un Madrid que no quiere dormirse en los laureles.

SachaCristina Blanco

En uno de eso rincones mágicos de ese Madrid de Bernabéu y Castellana, está Sacha, un templo de la cocina que no muere y un lugar al que siempre quieres volver. Hace un montón de años, Carlos Hormaechea y su mujer, la gran Pitilla, llegan a Madrid dispuestos a comerse el mundo y deciden montar un restaurante distinto a todo lo que había entonces en la ciudad.

Así nació la Botillería y Fogón Sacha, que desde sus comienzos tuvo ese aire especial de sitio único, al que no solo se va a comer. A la muerte de sus padres, es su hijo Sacha Hormaechea el que se pone al frente del negocio, manteniendo y aumentando el fervor de la gente por ese lugar mítico, mezcla perfecta de calidad, amabilidad, estilo, originalidad y sabor.

Sardina con ajo blanco

Sacha es más, mucho más que un chef, es un enamorado de la vida, que ha sabido compaginar su afición a la fotografía de culto con esa cocina amorosa, que te envuelve en cuanto entras en su local. Nuestro menú en la última visita podría ser el tuyo, si quieres tener un compendio muy sabroso de una carta distinta.

Salpicón xeitoso de bogavante para empezar a lo grande. Luego, la falsa lasagna de txangurro, que no vas a encontrar en ningún sitio. Continuamos con esa increíble tortilla vaga, santo y seña de la casa, un plato personal e intransferible. Probamos la sardina con ajo blanco y las mollejas y, ya lanzados, pasamos a los segundos. Fueron variados, el steak tartar, la raya a la manteca negra, la lengua… Todo nos supo a gloria bendita. El humor de Sacha, su cariño, sus divertidas historias le dieron categoría a una sobremesa llena de verdad y de sonrisas. Y el recuerdo de mi adorada Pitilla se colgará de la coleta de Sacha Hormaechea para no olvidarme nunca de volver.

Sacha

Calle Juan Hurtado de Mendoza, 11
28º36 – Madrid
Tfno. 913 45 59 52