Así es el club más exclusivo de Madrid, donde se exige chaqueta para entrar

«Nunca pertenecería a un club que admitiera como miembro a alguien como yo». Cuenta la leyenda que Groucho Marx pronunció esta frase cuando el Friars Club of Beverly Hills lo invitó a unirse, aunque fue el propio Groucho el que había solicitado el acceso.

En España, el concepto de club privado se asentó tarde. A Juan Garrigues Walker y Antonio Muñoz Cabrero se les ocurrió la idea, durante un viaje a Inglaterra y a EE.UU., en el que visitaron algunos de los más exclusivos, como el Racquet. En 1973, crearon el Club Financiero de Génova, como asociación civil sin ánimo de lucro, en la planta 14 del Centro Colón. Durante la Transición, el que quería estar al tanto de lo que se cocía en el mundo de las finanzas y de la empresa tenía que dejarse caer por allí. En sus sillones de terciopelo se cerraron tratos millonarios, fusiones o alianzas estratégicas. Como suele decirse, si las paredes hablasen…

Hasta el año 2000, el Club fue exclusivamente de caballeros. Con la llegada del nuevo milenio empezaron a admitir a las primeras mujeres como socias, que hoy representan el 30 % de los 500 que lo integran.

El club atravesó varios periodos de decadencia y decidieron que era momento de modernizarse y abrir al público. Hacer partícipes a los madrileños de estos 2.800 metros cuadrados repartidos en dos plantas, con las mejores panorámicas 360 de la capital. «Se abre una nueva etapa en la vida del Club Financiero Génova con la que hemos querido recuperar los valores que siempre adornaron a este club de negocios, modernizándolo y llevándolo al siglo XXI», señala Arturo de las Heras, presidente del Club Financiero Génova.

En esta nueva etapa caminan de la mano del chef Nino Redruello, del Grupo de La Ancha, y José Manuel García, de Azotea Grupo. El primero lidera un importante imperio hostelero con emblemas como La Ancha, Las Tortillas de Gabino o Fismuler y el segundo, el rey de los cielos, es responsable del éxito de terrazas como Picalagartos, en el NH Collection Gran Vía, o el Círculo de Bellas Artes.

Nino Redruello ha diseñado una propuesta amplia y dinámica (y lo irá siendo cada vez más con el objetivo de «no aburrir al comensal») que tiene su inspiración en los más de 100 años de tradición de Familia La Ancha y en su filosofía de respeto al producto, en dos antiguos recetarios (de 1499 y 1920, respectivamente).

En la carta pueden encontrarse sus célebres croquetas de jamón o una versión de la famosa tortilla Velazqueña, con salsa de callos, jamón, trufa o caviar. Entre las recetas antiguas rescatadas y actualizadas sobresalen, por ejemplo, la ensalada de San Isidro, que tiene su origen en una tradición según la cual los labradores lavaban las lechugas de la tierra en la fuente junto a la ermita de su patrón pidiendo un año de lluvias y luego preparaban sustanciosas ensaladas con ellas para disfrutarlas en la pradera. El calamar de anzuelo a lo Sochantre, una preparación típica gallega a base de tomate, fue bautizada así por Don Manuel María Puga y Parga, cronista gastronómico de principios del siglo XX, en honor a un amigo sochantre de la Real e Insigne Colegiata de La Coruña.

Destacan también otros platos de regusto tradicional como el arroz al horno de pitu de Caleya, los garbanzos glaseados con ternera y cigalitas, la merluza rebozada en salsa verde con berberechos o las albóndigas de ternera de Ávila.

En cuanto al interiorismo han confiado en Alejandra Pombo, que ha empleado materiales nobles de toda la vida como mármol, concediendo gran protagonismo también a la madera junto a luces cálidas y un mobiliario que evoca al de los clubes tradicionales. «Ha sido un privilegio poder actuar en un espacio emblemático como este, con una terraza 360º de Madrid y de la mano de dos grupos gastronómicos tan potentes», cuenta Alejandra Pombo.

Cómo acceder

Por primera vez el club abre sus puertas al público general, sin necesidad de ser socio o invitado por él, pero mantienen ciertas condiciones. «La esencia de la experiencia de club permanecerá intacta conservando las consignas de exclusividad y de singularidad, entendidas de una manera contemporánea», explican desde la institución madrileña. Se exige una vestimenta elegante: chaqueta para los hombres y se prohíbe el pantalón corto o la ropa deportiva. En fin de semana se relaja la etiqueta a smart casual.