La Principal, la Valencia con ganas de comer y vivir

Valencia es muchas cosas, aparte de ser la ciudad de las flores, de la luz y del amor. Valencia es una de las ciudades de España con una gastronomía bien definida y con una fuerza arrolladora en sus platos. La gran mayoría de ellos tienen al arroz como protagonista, pero la lista de manjares que se pueden degustar en un viaje de sabores por esta tierra es larga y apetitosa. Recuerdo, hace años, mi bautismo de fuego «paellero» en La Pepica y la Marcelina, dos templos de la paella típica valenciana situados al lado del mar, en esa inmensa playa de La Malvarrosa. He disfrutado en esos lugares míticos de la gastronomía más pura de Valencia y luego, con el paso de los años, he ido descubriendo otros lugares a los que seguiré volviendo siempre que la vida me lleve al Levante español, donde la vida es feliz y sabrosa a más no poder.

Mis compañeros de Cope Valencia Hugo Ballester, Pedro Zamora, Rafa Villarejo, José Manuel Segarra e Iván Herráiz me llevaron hace unos días a uno de esos lugares originales y emblemáticos, que ya forman parte de la geografía festiva valenciana. Entrar en La Principal es entrar en una cervecería-restaurante-taberna abierta a la vida, luminosa, atractiva, con ese bullicio que caracteriza a los lugares de culto de una ciudad. Un público ruidoso y disfrutón abarrotaba La Principal la noche de un lunes, que no suele ser un día propicio para los llenos en los restaurantes. Eso nos da una idea de cómo ha entrado este lugar en las preferencias de los valencianos que tienen ganas de comer y de vivir. Empezamos con unas zamburiñas negras, las auténticas, que nada tienen que ver con esas volandeiras enormes que sirven en casi todas partes. Si nunca habéis probado las zamburiñas de verdad, os recomiendo que lo hagáis cuanto antes, para saber lo que es bueno.

El callo de sepia con mayonesa, especialidad de la casa, es un lujo increíble, un plato originalísimo que dignifica a un restaurante, Nos trajeron después unas clóchinas valenciana, cuyo único defecto era su tamaño, pequeñas, pero muy sabrosas. Las croquetas de puchero tienen ese gusto profundo a manjar distinguido. Nos insistieron en que probáramos el pulpo seco, un plato originario de Gandía y me pareció muy distinto al pulpo de mi tierra. Supongo que cada lugar tiene sus gustos y hay que respetarlos, me pareció excelente, pero no lo mejor de la noche. Los caracoles moros fritos son una delicia y es de esos platos que siempre quieres repetir.

Y les recomiendo, como broche de oro de un día feliz, una fideuá de marisco de categoría especial. Todo lo que probamos tenía la personalidad que tienen los platos de esos lugares emblemáticos a los que la gente acude para compartir con sus amigos o su familia los secretos de una cocina sencilla y auténtica que no presume de estrellas, pero que tiene una atracción indiscutible. La Principal, en Valencia, es más, mucho más que una cervecería, es ese lugar de encuentro con el sabor valenciano y español, al que les invito a ir de mi parte, pregunten por Miguel Ángel Andréu, el gran jefe del lugar seguro que van a disfrutar de verdad.