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La Alhambra, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCOGTRES

Viajes

Granada: el esplendor del legado andalusí

La ciudad es el destino perfecto para disfrutar en tres días del pasado musulmán de nuestro país

Decía Francisco de Icaza que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada. No podemos estar más de acuerdo con la verdad que encierran sus palabras sobre la que está considerada como una de las ciudades más bellas de España. 

El hecho de ser la última ciudad reconquistada por los Reyes Católicos en 1492 dota a todo el pasado histórico de Granada de un aroma árabe inconfundible, presente tanto en su patrimonio urbanístico como en su gastronomía y legado cultural.

Toda visita que se precie a Granada debe empezar por La Alhambra. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y candidata a ser una de las nueve Maravillas del Mundo, esta antigua ciudad palatina andalusí está compuesta por varios palacios, murallas y jardines. Además, se alza como el monumento más visitado de España y la obra cumbre del arte musulmán en toda Europa. 

La complejidad y belleza del recinto al completo requiere una visita de al menos tres horas que permita disfrutar de todo el junto, pero, especialmente de los Jardines del Generalife, los Palacios Nazaríes y la Alcazaba. Es en estas tres construcciones donde se aprecia la factura oriental del Islam en su ornamentación, composiciones y elementos decorativos geométricos con bóvedas mocárabes, zócalos y yeserías coloristas.

Jardines del GeneralifeTurismo de Granada

Atardecer mozárabe

El encanto de visitar cada una de las estancias de La Alhambra es innegable, pero la belleza de contemplarla a distancia le añade un valor especial a una estampa ya de por sí magnífica. Y qué mejor lugar que el mirador de San Nicolás para hacernos con una panorámica que acoja el complejo monumental enmarcada por Sierra Nevada. No es de extrañar que cientos de personas llegadas de todos los rincones del mundo visiten el lugar para contemplar la mejor vista de la ciudad, sobre todo, al atardecer.

El encanto de su entorno, además, se debe a estar situado en pleno barrio del Albaycín, que conoceremos a través de la calle San Nicolás, el Callejón de las Atarazanas, el de las Campanas o el de las Monjas. Calles empedradas con cuestas y aljibes en los que veremos el cruce de religiones cristiano-musulmán en sus construcciones, pero también el ambiente más andaluz a través de las conocidas como cármenes, pequeñas casas encaladas con huertos anexos y jardines sin fronteras.

Mirador de San NicolásTurismo de Granada

El duende gitano

Atrás quedan los monumentos como la Catedral de Granada, la capilla Real y el Monasterio de la Cartuja y las calles peatonales encaladas. Nos adentramos ahora en los quejíos de los palos flamencos entre zambras y cuevas gitanas. Y es que el barrio del Sacromonte es la cuna de flamenco gracias a las cuevas gitanas, esas a las que llegó el pueblo que servía en el ejército de los Reyes Católicos después de que sus servicios cuidando a los caballos y construyendo armas dejaran de ser requeridos.

Desde entonces, el Monte Sacro ha tenido acento gitano y se ha convertido en la cuna del flamenco más genuino. Aunque también se puede visitar la conocida Abadía, su carácter local se demuestra especialmente en las pequeñas cuevas habitadas excavadas en las rocas blanquecinas. 

Convertidas mayoritariamente en tablaos flamencos dignos de visitar, acogen las llamadas zambras. Con base en la palabra zumra (fiesta en árabe), son la representación más genuina de la danza flamenca, por lo que, es inviable visitar Granada sin asistir a uno de sus espectáculos. Será fácil elegir porque la oferta es tan variada como la alta calidad de cada uno de ellos.

Cueva típica del barrio del Sacromonte©GTRESONLINE

Las huellas de Lorca

El que es uno de los poetas más importantes del siglo XX se crio en Granada, convirtiendo la ciudad en un emblema más de su obra. La ciudad siempre estará vinculada al nombre de Federico García Lorca después de que su familia cambiase «el dulce chopo de oro» de Fuente Vaqueros por «la ciudad de grises sin esqueleto».

Se puede seguir su rastro por la Huerta de San Vicente, donde estuvo la finca de veraneo de su familia; en el número 50 de la calle Acera del Darro, donde se encontraba la casa familiar; en el antiguo Café Alameda (hoy convertido en el mítico restaurante Chitiko), donde asistía a la tertulia El Rinconcillo, o en la Plaza de los Aljibes, donde tuvo lugar en 1922 el Concurso de Cante Jondo, histórico certamen de flamenco que tuvo a Lorca y Manuel de Falla como impulsores.

Si aún tenemos tiempo, no sobra una visita al Centro Federico García Lorca, institución cultural destinado a la investigación de su vida y su producción literaria. En cualquier caso, merecerá la pena seguir sus pasos por esa ciudad «quieta y fina, ceñida por sus sierras» que es Granada.

Huerta de San VicenteGTRES