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Jet Four Seasons

Jet Four Seasons

Corresponsal en el paraíso

La vuelta al mundo más exclusiva: el lujoso jet privado recalará en Madrid

El jet privado de Four Seasons, una de las experiencias viajeras más exclusivas, llegará por primera vez a España en octubre, en su décimo año de vida

¿Cómo lleva su verano en Sotogrande este domingo de agosto? ¿Se le está haciendo algo monótono su nido de oro? Lo intuimos: más o menos el mismo plan un día tras otro, un año tras otro. Si sus vacaciones estivales tienen el índice de «déjà vu» algo elevado, tome nota de este plan porque todavía queda alguna plaza disponible, aunque no muchas. Su periplo empezará el próximo 29 de septiembre en Miami y terminará el 22 de octubre en Madrid. 10 destinos en 24 días. Experiencias imposibles de olvidar en lugares como Isla de Pascua, Bora-Bora, la Gran Barrera de Coral, las pirámides de Egipto o Petra. 24 días recorriendo el mundo sin hacer ni deshacer maletas, saltando de suite en suite de los magníficos hoteles Four Seasons y desplazándose a bordo de un Boeing 757 especialmente configurado para albergar a 55 privilegiados que, como usted, están dispuestos a pagar unos 170.000 euros para disfrutar del que promete ser el viaje de su vida. ¡Qué gran manera de gastarse esa remuneración variable que tantas alegrías le está dando este año! ¡Qué gran manera de epatar a otros miembros de los consejos de administración de las empresas del Ibex a las que tan brillantemente asesora! ¡Qué gran manera de quedar como un hombre a la altura de las ideas de su tiempo en el Real Club de Golf de Sotogrande!

Los «happy few», querido lector, van cambiando poco a poco de costumbres. Ya no se quedan toda la temporada en sus grandes mansiones en la campiña inglesa ni desean poseer islas privadas donde aislarse del mundanal ruido mientras ven como aumenta su fortuna. Todo eso estuvo bien para sus antepasados, pero las estancias prolongadas en estos nidos de oro resultan ahora demasiado sedentarias. Nunca en la Historia ha habido una elite tan numerosa ni tan amante de moverse de aquí para allá: son los nuevos nómadas de luxe. Tienen auténtico apetito de disfrutar del mundo a lo grande. Y tratar de complacerles se ha convertido en un interesante reto y un nuevo filón para el sector de los viajes de alta gama, que se esfuerza en adaptarse a los nuevos gustos de una clientela más joven, más dinámica y con cierta fobia a perderse cosas que valgan realmente la pena, no importa en el lugar del mundo donde ocurran. Es la enfermedad de nuestro tiempo, el llamado FOMO (Fear of Missing Out).

Jet Four Seasons

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Es en este contexto donde tal vez haya que situar una emergente modalidad de turismo de altísimo nivel que mezcla el poderío, la amplitud y comodidad del Air Force 1 con el ímpetu viajero con un toque de elegancia sibarita de Philleas Fogg. Esta sugerente fusión, la excelente salud del famoso «1%» de la población, los ricos entre los ricos y la capacidad de trabajar desde su casa o desde cualquier lugar del mundo explican las buenas perspectivas de las vueltas al mundo en jet privados, como la que hace diez años inauguró el grupo canadiense Four Seasons. (Apunte estas otras siglas en inglés: WFH, work from home. WFA: Work from anywhere, lo que incluye Laucala o Sumba).

El Four Seasons Private Jet, un Boeing 757-200ER operado por TCS World Travel, referencia en la aviación privada de alto nivel, resulta especialmente elegante. Fuselaje negro con el nombre de la compañía hotelera en letras blancas y su logotipo de la rama de un árbol en diferentes estaciones del año en la cola. En el interior, tiene el acabado de los jets y ofrece el legendario servicio de los hoteles de 5 estrellas de la cadena fundada por el mítico «Issy» Sharp, hoy en manos de Bill Gates y del príncipe saudí Al-Waleed bin Tatal. A lo largo del año ofrece diferentes itinerarios de unas tres semanas de duración con escalas y experiencias cuidadosamente escogidas. Observar a los «big five» en el Serengueti, bucear en Maldivas, nadar en Bora-Bora, ver pingüinos en la Antártida, ir a un estreno de ópera en Sidney, cocinar en Tokio, asistir a una gala benéfica en Mónaco, a una exposición de arte en San Petersburgo… Todos los viajes programados se venden con asombrosa antelación, y el elevado precio no parece disuasorio a juzgar por la alta demanda. La duración media de los vuelos es de unas 6 horas, naturalmente nadie tiene que preocuparse de las maletas ni de otras «miserias viajeras» propias de la clase media. Como por arte de magia, llámese mayordomos, los huéspedes las dejan en la habitación de su resort de Four Seasons en Seychelles, pongamos por caso, y aparecen en la siguiente parada en su habitación en El Cairo. A bordo, todo lo que uno se pueda imaginar: un chef de prestigio internacional, fotógrafos profesionales, personal sanitario, profesionales derrochando la misma amabilidad en el FS de Madrid y no azafatas, como las de American Airlines, que te quitan los casquitos antes de que termines de ver la película. Y naturalmente otras 54 personas con las que, al menos en buena parte, seguramente haga pero que muy, muy buenas relaciones. Sí, el networking veraniego está más que garantizado aunque no pise Sotogrande.

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He aquí la evolución de las vacaciones navideñas en plan familiar. Primero se dejaba a los niños con los abuelos una tarde y éstos se los llevaban, así, en plan gran aventura, a ver las figuritas de los belenes de la Plaza Mayor de Madrid. (De hecho, podía resultar toda una aventura, ¿verdad, Chencho?). Luego llegó esa tarde mágica en Cortylandia en la que apareció en nuestras vidas infantiles vestidas con el uniforme gris del colegio, una experiencia parecida a Broadway. Unos cuantos años más tarde, se impuso pasar frío en Disneyland Paris, en ese viaje en que los padres deseábamos que el abrazo de Micky no terminara nunca. Los «papis más guays» se decantaron luego por llevar a los peques a ver a Santa Claus in situ. Llegaron a las agencias de viaje los packs Papá Noel en Laponia. El rien ne va plus de los viajes familiares del siglo XXI, de este siglo de globalitas donde la Tierra parece tan pequeña y tiene tantas cosas que ofrecer, es precisamente el que ofrece el jet privado de Four Seasons entre el próximo 28 de diciembre de 2022 y el 9 de enero de 2023, pensado exprofeso para las familias.

Apunte: 13 días recorriendo las maravillas del mundo antiguo y disfrutando de la extraordinaria belleza natural de la Tierra. 13 días saltando de la Acrópolis de Atenas a las pirámides de Egipto, de los big five del Serengueti a los gorilas de Ruanda, de las playas de Mauricio al estruendo acuático de las Cataras Victoria. Y todo, naturalmente con el sello Four Seasons. El viaje acepta niños desde los 6 años que seguramente no querrán volver a un zoo en su vida. No, no se moleste en reservar porque ya no quedan plazas, aunque tal vez quiera que incluyan su nombre y el de sus cachorros en la lista de espera. O tal vez prefiera hacer las cosas con cierta antelación y reservar para las vacaciones de verano del año que viene y escaquearse unos días de Sotogrande. Del 1 al 13 de agosto de 2023 repiten la experiencia.

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