Fundado en 1910

Savoy, el hotel donde trabajó Cesar Ritz antes de abrir su establecimiento, es uno de los lugares por excelencia para este día

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Los salones de té más royal de Londres para comentar la coronación y sentirse como un invitado de sangre azul

Los mejores hoteles de la capital británica se suman a los fastos con creaciones ad hoc que se prolongan todo el mes de mayo

Pompa y circunstancia y, naturalmente, el té de las 5. Y si es posible con todo ese boato que rodea al gran acontecimiento de la coronación del Rey Carlos III, aún mejor. Con clara vocación de ser parte activa de los grandes acontecimientos reales, y con estrechos e históricos vínculos con la Corona, los mejores y más señeros hoteles londinenses no han querido quedarse fuera de fecha tan señalada.

Muy al contrario, llevan meses organizado el fin de semana real, a la manera como solo los ingleses saben hacerlo: con ese gusto por el detalle que ponen en sus vajillas y pastelitos, sus cretonas y jardines, con ese sentido teatral que imprimen a sus eventos, y en, en definitiva, con un gran y colorido despliegue para que Londres parezca un poco menos gris y la vida un poquito más glamurosa y emocionante, como si fuera una película, una serie de Netflix. Ya lo decía Shakespeare: «El mundo es un escenario y todos los hombres y mujeres simples actores con sus entradas y sus salidas».

Convertido más que nunca en un gran escenario dispuesto a las grandes causas, como la salvación de la patria, el culto a la tradición o el perpetuo encumbramiento de sus símbolos, Londres despliega atrezo como seguramente ninguna ciudad del mundo es capaz de hacerlo. El icónico Dorchester, propiedad del Sultán de Brunéi, ha tirado de gama cromática, de historia y de medios para la ocasión. Sus resultados son visibles desde distintos puntos de Park Lane, donde se emplaza.

Cuando Isabel II fue coronada en 1953, se dijo que la decoración del Dorchester era la mejor de Londres. Creada por el artista y escenógrafo británico Oliver Messel, incluía dramáticos y teatrales drapeados en los balcones del edificio, y 70 años después el hotel ha querido reinventar aquella decoración y traerla a la época actual para celebrar la coronación de su hijo.

El Dorchester acogió en muchas ocasiones la presencia en sus salones de la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo, especialmente en los innumerables bailes y cenas de caridad que siguieron a la segunda guerra mundial. Precisamente en el hotel, Eisenhower planificó parte del desembarco de Normandía y una Suite lleva su nombre. El lujoso establecimiento tiene uno de los más reputados «afternoon teas» de todo el país, que se sirve en su célebre The Promenade, más hermoso que nunca tras su reciente y lograda reforma. El chef pastelero Michael Kwan ha creado una selección de pasteles y sándwiches temáticos (sí, con coronas y escudos, leones y unicornios) que los huéspedes podrán degustar no solo con té, también con una copa de champán. Este fin de semana se impone brindar por el nuevo rey de Inglaterra.

Sin duda las creaciones de Kwan resultan deliciosas e imaginativas, como si hubieran salido del bolso de Mary Poppins, y reproducen de la forma más dulce la heráldica real. Pero, strictu sensu, el único hotel que de verdad luce el sello otorgado por Carlos de Inglaterra, es el Ritz. En su maravillosa entrada, tras los mostradores de recepción. El Ritz es seguramente el hotel más vinculado al nuevo rey y el preferido también de su abuela, la inolvidable Reina Madre.

Detalle de los pasteles de coronación del hotel Goring

Pasará a la historia por ser el lugar elegido por Carlos y Camila para dejarse hacer su primera foto juntos, de alguna manera oficializar su relación en una operación muy estudiada. Su chef ejecutivo, el inefable, cercano y premiado, John Williams es buen amigo del Rey, el único hotel que visitó siendo príncipe durante la pandemia. Sus salones son elegantísimos y muy queridos por los ingleses para tomar en ellos el té en ocasiones especiales, como cumpleaños familiares.

Ayer vivió una noche especial con una cena de gala cuyas entradas estaban agotadas desde hacía meses. Pero todavía hay margen para disfrutar de su té, también tematizado para lo ocasión. Y oír de fondo a Ian Gomes, uno de su pianista, quien tocó en el funeral de la Reina Madre. Una persona entrañable de un equipo que sigue creando magia en esta mítica dirección que ha creado un té especial para la ocasión y que se venderá durante todo el mes de mayo. Y que seguramente ya será objeto de coleccionistas.

Otro de los hoteles de especial vinculación con la casa real británica es The Goring, que alojó a parte de los invitados a la coronación del bisabuelo del actual monarca. La broma entre los mandatarios de la época fue: «Que suerte tienes que te hospedas en el Goring y no en Buckingham Palace, así no tienes que compartir cuarto de baño». El Goring preparó, usando cartillas de racionamiento, la tarta de celebración de primera comunión de Carlos del Inglaterra y sirve las cenas de Navidad de Palacio, dada su proximidad.

El único hotel que goza de Royal Warrant concedido por la Reina Isabel II. Se hizo popular en el papel cuche pues fue reservado enteramente por la familia Middleton y de él salió Katherina para convertirse en esposa del primogénito del Carlos de Inglaterra. The Goring ha preparado, como los demás, un cuidadísimo programa con motivo de la coronación, que incluye un té especial que se sirve estos días, con los pasteles y sándwiches favoritos del Rey Carlos, con dulces adornados con la insignia de la Casa de Windsor, carruajes y coronas. Y ese puntito de humor que convierte a este hotel en un sitio realmente especial.

La decoración del Dorchester para la coronación es de la mejor de Londres

Otro de los clásicos entre los clásicos cuando se habla de royals y hoteles londinenses es el Claridge's, especialmente vinculado a la Reina Isabel. Un hotel elegantísimo con otro de los tes mas refinados y recomendables de la ciudad, muy de gusto del old money de la ciudad, al igual que su compañero de grupo Marylebone, el incomparable The Connaught. También tira de memorabilia y saca de sus archivos históricas unas cuantas joyitas, desplegadas por distintos puntos del hotel durante todo el mes. Su galería de retratos Talking Heads Gallery, lucirá un nuevo cuadro del Rey y sus cócteles se inspirarán en los jardines de Highgrove.

El Savoy, por su parte, el hotel donde trabajó Cesar Ritz antes de abrir su establecimiento, con otro de los afternoon teas más icónicos de Londres, también despliega ingenio. Ha instalado en su famosa puerta (la única calle de Londres donde se circula por la izquierda) un autobús de dos pisos, de ese color aguamarina tan del Savoy, donde también se podrá disfrutar el té, al igual que en su célebre salón junto al Támesis, adornado estos días con glicinas, la flor favorita del Rey Carlos. En el menú del te: Tartaleta británica de ruibarbo y natillas de vainilla, tarta de limón y bizcocho Victoria, entre otros.

Finalmente, otros de los salones de té más elegantes y palaciegos de la ciudad, el del hotel The lanesborough, apuesta igualmente por un programa para la coronación al que no le falta detalle. Sus expertos mixólogos han creado un cóctel inglés de vodka al estilo martini, The Kings Coronation, con fino y cordial de cítricos, inspirado en el clásico Gimlet, un popular cóctel promovido por los oficiales británicos en el siglo XIX, para luchar contra el escorbuto. Con un chorrito de Jerez, seguro que sabe mucho mejor.