El hotel favorito de Hitchcock en Cannes brilla de nuevo
El Carlton, una de las grandes damas de la Croisette, vuelve a la vida tras una faraónica reforma estimada en 500 millones de euros
Se echaba de menos su brillo en la Croisette, el girar de las puertas giratorias del mundo más acostumbradas a las estrellas terrenales, los paparazzi a sus puertas, sus historias deliciosas y hasta esos pequeños escándalos con un toque de glamur. Glamur, siempre glamur. Durante dos años y medio, el Carlton, uno de los hoteles más célebres de Europa y uno de los más queridos en Europa por Hollywood, ha permanecido cerrado a cal y canto para acometer una faraónica reforma que no solo le ha devuelto su brillo, sino que le ha convertido en una de las direcciones más completas y recomendables de la siempre atractiva Costa Azul.
Croisette solo hay una y nadie puede permitirse el lujo de perder el favor de las estrellas que más brillan y que estos días despliegan de nuevo todos sus encantados con ocasión de la 76 edición del célebre Festival de Cannes. Ya hemos visto lucir el palmito por allí, entre otros, a Harrison Ford, Johny Deep, Michael Douglas acompañado por su mujer Catherine Zeta Jones, Uma Thurman, Helen Mirren, Carlota Casiraghi o Pedro Almodóvar con sus nuevos chicos dispuestos a darlo todos delante de un pelotón de fotógrafos a los que todavía se les exigen llevar esmoquin.
Muchos de estos actores, directores y celebridades con diferentes quehaceres o ninguno en particular se alojan de nuevo en su querido Carlton o acuden a las fiestas de un hotel mimado por las estrellas con una larga historia a sus espaldas. Construido en dos partes entre 1911 y 1913 por el hotelero Henri Ruhl y el arquitecto nizarro Charles Dalmas, el hotel debe su fama en buena parte a sus estrechos vínculos con el séptimo arte. En 1946, acogió a los primeros periodistas y críticos de cine que cubrieron el primer Festival de Cannes.
A partir de entonces, muchas estrellas se alojaron allí, entre ellas la que llegaría a ser Princesa de Mónaco, Grace Kelly. La actriz norteamericana no solo se alojó en él, sino que una de sus escenas más imperecederas en la gran pantalla, aquel beso con Gary Grant en la puerta de su habitación de un lujoso hotel de la película «Atrapa a un ladrón», se filmó junto a la famosa suite 623 del Carlton, bajo la dirección Alfred Hitchcock, en 1954. Una de las mejores suites del renovado Carton lleva precisamente el nombre del mago del cine de suspense, que tantas veces se alojó en él, como todavía es costumbre que se aloje en el mítico hotel el presidente del jurado del Festival de Cine. Kelley se volvió a alojar en él al año siguiente, precisamente para acudir a su primera cita oficial con el príncipe Rainiero. Otro de los momentos estelares del hotel fue su papel protagonista en el videoclip del single de Elton John 1983 «I'm Still Standing».
Tras siete años de faraónicas obras, en una reforma que algunas fuentes estiman en unos 500 millones de euros aportados por Katara, su nuevo propietario, el hotel renace bajo la marca Regent, una de las más lujosas del grupo británico IHG. Entre sus novedades más destacadas destacan un nuevo penthouse de más de mil metros cuadrados, un nuevo patio interior que se ha transformado en un frondoso jardín y la mejor piscina infinita de la ciudad. Cuenta además con un modernísimo spa y 37 residencias de lujo para estancias largas, perfectas para aquellos que no tienen que volver a la vida real cuando se apagan las candilejas de la ciudad. La vieja además ha tenido algo más que un lifting financiado con petrodólares cataríes y parece dispuesta a brillar de nuevo con un aire más contemporáneo sin perder su maravilloso pedigrí y su maravillosa estampa de la Belle Epoque.