Fundado en 1910

El príncipe Abdul Mateen de Brunéi y Anisha Rosnah, en la ceremonia de solemnización del matrimonio

Brunéi, la historia del rico sultanato que perteneció a España y casa a su príncipe 'influencer'

Hoy es el día central de una larga semana de fastos en la que ha quedado de manifiesto hasta qué punto les gusta hacer gala de sus centenarias tradiciones

Durante un brevísimo y lejano tiempo, 72 días del año 1578, para ser exactos, Brunéi perteneció a España. Es un hecho que la mayoría de los españoles ignora pero que los bruneanos conocen bien. De niños lo estudian en el colegio como «la guerra de Castilla» y lo cuentan con la épica de quien siendo David se enfrenta a Goliat y vence. El pequeño sultanato situado en la parte septentrional de la isla de Borneo había sido visitado décadas antes por la armada española, como narra Pigafetta, cronista de la expedición Magallanes-Elcano.

Su famoso relato sitúa precisamente en Brunéi uno de los episodios más rocambolescos de este histórico viaje, en el que Magallanes confunde el séquito nupcial de un príncipe con una escuadra atacante y comienza una pequeña refriega. Pigafetta hace referencia a la elegancia de las embarcaciones, cubiertas de oro en la proa y en la popa de sedas y perlas en el interior. Le asombran también los ropajes, que, aunque el mundo haya dado muchas vueltas en estos 500 años, son muy similares a los que esta semana se han visto en medios de comunicación de todo el mundo con motivo de la boda del príncipe Abdul Mateen, el hijo más mediático del sultán Hassanal Bolkiah, el monarca reinante más antiguo del mundo.

Príncipe de Brunei

Hoy es el día central de una larga semana de fastos en la que ha quedado de manifiesto hasta qué punto al pequeño y rico país les gusta hacer gala de sus centenarias tradiciones: ceremonias con ropajes iguales a los de hace cinco siglos, empolvados reales con harinas, ungidos con hierbas... Brunéi es un país con un larga historia, es la monarquía teocrática más antiguo del mundo que, con férrea dictadura islámica, vive rodeado de gigantes asiáticos y algo temeroso de una larga tradición de potencias controlando su destino. Alcanzó la plena independencia de Gran Bretaña en 1984. De un país remoto del que tan poco se sabe, más allá de su elevada renta per cápita derivada de su producción de petróleo y gas, con fama de llevar un estilo de vida ostentoso y algo extravagante, llama poderosamente la atención la vida tan mediática del príncipe que hoy contrae esponsales. Con dos millones y medio de seguidores en Instagram, ha metido a su país en el mapa de los países con influencers de sangre azul. Y de qué manera. Mateen es un singular de cruce entre James Bond, Sandokan y Pierre Casiraghi que tan pronto pilota un helicóptero, se tira en paracaídas, asiste con un chaque impecable a la coronación de Carlos III de Inglaterra, luce musculosos abdominales en una playa o sale de uno de los hoteles más lujos del mundo. Con el añadido de que nada es prestado ni tiene que etiquetar a ninguna marca a modo de agradecimiento. Todo queda en familia.

En el mundo del turismo de alta gama, Brunéi es conocido por ser dueño de alguno de los hoteles más legendarios y lujosos del mundo. Tan solo 9 pero de una calidad extraordinaria y enorme pedigrí que se agrupan bajo la marca The Dorchester Collection, creada en 1987 por el sultán y transferida posteriormente al brazo inversor del país, Brunei Investment Agency (BIA). La cadena toma el nombre del legendario hotel Dorchester de Londres, una de las grandes damas de Park Lane. Otra de sus joyas en el Reino Unido es el histórico Coworth Park, junto a Ascot, uno de los pocos hoteles del mundo con campo de polo propio, deporte preferido de varios hijos del Sultán, incluido el apuesto desposado. En su exclusivo porfolio destacan entre otros, el Bel-Air y el Beverly Hills de Los Angeles, o el Principe di Savoia de Milán o el Edén de Roma.

Suite de Le Meurice

De todos ellos, hay uno que tiene una particular vinculación con España: Le Meurice. En él se instaló el 16 de abril de 1931, Alfonso XIII, tras abandonar España después de las elecciones municipales. Ubicado junto al Jardín de las Tullerías, y considerado el hotel de lujo más antiguo de la ciudad, el Rey se reencontró en él con su mujer y algunos de sus seis hijos. Y con la prensa. Se instaló en la suite presidencial, acompañado de un séquito formado por unas 20 personas y una pequeña corte de aristócratas que ocuparon una planta entera del hotel. Pero las facturas empezaron a ser excesivamente elevadas y el monarca decide al poco tiempo mudarse al Hotel Savoy de Fontainebleau. Durante muchos años, eso sí, reservó una suite a modo de despacho en Le Meurice. Tiempo después, en la década de los 50, el hotel contó con otro huésped ilustre español durante al menos un mes al año durante tres décadas: Salvador Dalí. Una de las razones fue precisamente porque el Rey había estado allí alojado y él se consideraba un gran monárquico. Exigía siempre hospedarse en la misma suite que había ocupado Alfonso XIII y enfurecía si a alguien se le ocurría cambiar alguna cosa, por insignificante que fuera. Allí le visitó alguna vez Don Juan, al que besaba los pies cuando veía, como contó en una ocasión a Efe su legendario barman William Oliveri. Eran temidas las performances y excentricidades que llevaba a cabo en la suite, de las que se conservan algunos documentos gráficos y audiovisuales que no tienen desperdicio: ocelotes, tronos, Harleys...

En la última reforma del prestigioso hotel parisino, Philippe Starck, autor de la renovación, decidió inspirarse en el universo del pintor de Cadaqués para darle un nuevo aire a uno de los restaurantes, ahora llamado Le Dalí. Pero el restaurante que seguramente más va a dar que hablar de la lujosa colección de hoteles del Sultán de Brunéi en los próximos meses tiene por nombre Jara. Martín Berasategui ha querido poner el nombre de su nieta a su primer restaurante fuera de España, uno de los platos fuertes del nuevo hotel de Dorchester Collection, que abrirá sus puertas el próximo mes de febrero en Dubái. Se trata de The Lana, un espectacular hotel diseñado por el estudio de Norman Foster que nace con la vocación de ser la nueva sensación dubaití. En el piso 18 del flamante edificio se podrán tomar en un par de semanas pinchos, gildas, anchoas del Cantábrico, mejillones en escabeche, croquetas de hongos, ternera rubia gallega…. En fin, que por seguir el vínculo borbónico con estos espléndidos hoteles, no es de descartar que el Rey Juan Carlos se pase por allí de cuando en cuando. Donde tal vez se encuentre con el príncipe Abdul Mateen y su ya esposa Anisha Rosnah, confesa admiradora de la cocina española.