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Iglesia de Fonz

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El pueblo más aristocrático de España: el único con 10 palacios

Construido como una pequeña villa de veraneo para obispos en el Renacimiento, posee un legado en mansiones palaciegas incalculable

Pertenece a la provincia de Huesca y debe su nombre al latín, fontes, en referencia a la abundancia de manantiales existentes. Sin embargo, si hay algo en Fonz que supera al número de fuentes estos son los palacios y mansiones que atesora entre sus muros. Con 10 del primer tipo y más de 80 del segundo, este pueblo de Aragón se ha convertido en la villa ilustre de carácter renacentista palaciego por excelencia.

Por que, Fonz, sin duda alguna, es sinónimo de Renacimiento. No en vano, se dice que no hay otro pueblo en todo Aragón con mayor densidad de restos de este periodo artístico. El obispo de Lérida fijó en el siglo XVI su residencia veraniega lo que propició la construcción de numerosos palacios y monumentos para que muchos otros siguieran su camino.

Entre ellos el ayuntamiento, antigua sede del obispado donde actualmente se encuentra el Centro de Interpretación del Renacimiento. Su fachada es una de las más monumentales de todo Fonz, siguiendo la tipología de los palacios aragoneses del Siglo XVI: una primera planta de sillar y dos de ladrillo, coronadas por una galería superior de arcos de medio punto y un alero de madera.

Atravesando la plaza donde se encuentra, uno encuentra rápidamente la fuente principal, una obra original del año 1567, en la que destacan las seis cabezas masculinas que actúan a modo de caño. Sin duda, se ha convertido en el monumento más emblemático de la población, habiéndose convertido en su escudo, incluida la inscripción en latín que se encuentra en la parte superior: «Fuente que fluyes sin fuente, origen de este manantial, apaga nuestra sed con la fuente celestial».

Fuente de cuatro caños

Resulta curioso pensar que uno de los edificios más imponentes del pueblo no es un palacio, sino una iglesia, la de Nuestra Señora de la Asunción, considerada como uno de los mejores exponentes de arquitectura religiosa renacentista. Su fachada nos deleita con una espectacular portada, que se complementa con una gran nave central y dos laterales cubiertas por bóvedas estrelladas. En su interior desata un retablo gótico dedicado a Santa Ana, datado en el siglo XV.

De los palacios, el más destacado es el de los Barones de Valdeolivos, construido en estilo aragonés en 1613. También se le conoce como Casa Ric, ya que muchos miembros de esta importante familia de políticos vivieron en ella. Su interior destaca por su interés artístico, con bienes muebles de distintas épocas, catorce cuadros de fray Manuel Bayeu, o la Biblioteca con importantes volúmenes y el Archivo con documentación especializada en genealogía que abarca desde el 1242 al siglo XX.

Fachada del Palacio de Valdeolivos

Los barones de Valdeolivos donaron el palacio familiar, junto con los bienes muebles y fondos documentales y bibliográficos que contenía, a la Comunidad Autónoma de Aragón mediante escritura de donación dada el 30 de junio de 1987. El Gobierno de Aragón, tras la realización de una serie de obras de adecuación en el palacio, abrió los fondos a la consulta pública a mediados de los años 90.

Junto a este, las Casas Moner y Gómez de Alba destacan frente al resto. Dos palacetes renacentistas con imponentes galerías de ventanas talladas y rejas de forja. Más allá de estas, la Casa Guilleuma rompe la uniformidad del conjunto al ser barroca, mientras que las de Camón, Carpi, Bardaxi, Fiscal, Codera, Monroset y Gil resguardan a la perfección el aire renacentista con el que se construyeron.