Las irregulares calles de Aguilar de Campoo discurren entre casas y palacios con más de cien escudos y blasones, por monasterios e iglesias que aún perduran, como el Convento de Santa Clara, habitado por religiosas; el Monasterio de Santa María La Real, convertido en centro de enseñanza; o la Colegiata de San Miguel. En la parte más alta, la ermita de Santa Cecilia, considerada una joya del románico español.