Viajes
De primer monasterio cartujo a uno de los mejores hoteles de España
Terra Dominicata da la sorpresa y se alza con la máxima distinción en la primera edición de las llaves Michelín. Tan solo cinco hoteles en España han conseguido las 3 llaves en una lista con algunas clamorosas ausencias.
Nada volverá a ser como antes para el hotel Terra Dominicata, un cinco estrellas de tan solo 23 habitaciones que por obra y gracia de la Guía Michelin se ha convertido esta semana en el hotel del que pocos tenían noticia y ahora todos quieren conocer. Elegido entre los cinco mejores hoteles de España, su ligero anonimato se debe principalmente a que no forma parte de ningún grupo o sello hotelero y a su localización algo remota y poco turística, esa Tarragona interior al pie de Montsant cuyos picos y paredes verticales de piedra recuerdan ligeramente a Dolomitas.
El lugar es de una gran belleza y recogimiento. Tal vez fueron esas circunstancias las que atrajeron la atención de sus primeros moradores, los cartujos, que, llegados de Francia en el siglo XII eligieron el área para establecer su primer monasterio en la Península Ibérica. De ellos toma su nombre la región, el Priorat, y ellos fueron los primeros en arar estar tierras pizarrosas y plantar las primeras vides, cuyos vinos gozan de denominación de origen.
Quedan restos, pocos de ese primer monasterio, Escaladei, y la visita merece la pena para hacerse una perfecta idea de su glorioso pasado. Se puede llegar hasta él, andando, recorriendo campos de viñedos, desde el propio hotel Terra Dominicata, una joya escondida que abrió sus puertas en 2018 gracias a la visión llena de futuro de cuatro hermanos de Barcelona.
Fueron ellos los primeros en ver el potencial de esta zona hermosísima, huérfana de alojamientos turísticos de calidad. Se lanzaron a la cuidadosa tarea de restaurar antiguas posesiones agrícolas, granjas y bodegas que abastecían al monasterio. Y en cierto modo preservaron también ese silencio de la orden cartuja. En las habitaciones no hay televisiones y tampoco se admiten niños. Se respira sosiego y tranquilidad.
Una oferta gastronómica muy cuidada, catas de vinos, una piscina con vistas a este paraje de ensueño, y ese silencio, son sus principales atractivos. 20 hectáreas de viñedos rodean la propiedad, desde la que no se ve ninguna otra edificación. La pandemia ayudó a dar a conocer el lugar a los barceloneses, en esa época de restricciones de movilidad internacional y de búsqueda de espacios abiertos. Y el discreto buen hacer del hotel y el boca a oreja han ido haciendo lo demás. Ha ido abriendo camino para que otros hoteleros se fijaran también en el Priorat y apostaran por este destino emergente. El último en llegar, Gran Hotel Mas d’Embruno, tan solo 24 suites, en una masía del siglo XVIII vinculada a una familia que trabaja para los monjes de la Cartuja de Escaladei. Excelente, aunque –por el momento– carezca de llaves Michelin.
Es la primera vez en sus más de 100 años de historia que Michelin concede distinciones hoteleras, tratando de llevar el éxito y el prestigio de sus estrellas a los hoteles en forma de llaves. Tras Francia y Estados Unidos, España ha sido el tercer país elegido por la empresa francesa para anunciar sus galardones. En total, se han concedido 97 llaves, 80 de la mínima categoría, 12 hoteles han recibido 2 llaves y tan solo 5, 3 llaves Michelin. Según los organizadores, los criterios de los inspectores anónimos valoran que el hotel sea una invitación a descubrir el destino, calidad de su arquitectura y diseño interior; calidad y coherencia en el servicio, siempre con toque humano, para que las experiencias sean memorables, buena relación calidad precio y ofrecer autenticidad y personalidad.
Además del mencionado Terra Dominicata, los otros cuatro hoteles en España que ofrecen «una estancia extraordinaria», y por tanto han sido merecedores de las 3 Llaves Michelin son Torre del Marqués (Teruel), Abadía Retuerta LeDomain (Valladolid), Mandarín Oriental Ritz Madrid y Atrio (Cáceres). Este último sin duda goza de todos los favores de los expertos de Michelin, pues se convierte en el único hotel en España en tener en su haber tres llaves y tres estrellas. Como dato curioso, cabe señalar que tres de los cinco hoteles con la máxima puntuación tienen sus propias bodegas, lo que de algún modo pone de relieve la importancia del enoturismo.
¿Qué opinan los expertos del sector de esta nueva lista? Según diferentes especialistas consultados por El Debate, los inspectores de Michelin tendrán que hilar más fino en sucesivas ediciones si no quieren comprometer el prestigio de una firma bien consolidada en el ámbito gastronómico. La principal crítica que se le puede hacer a la selección de Michelin es la disparidad de la categoría 1 llave, un pequeño cajón de sastre que junta churras con merinas, en el que aparecen juntos hoteles completamente dispares con acusadísimas diferencias en calidad y nivel de servicio o prestaciones.
En esta categoría están en piel de igualdad Finca Cortesín con Only You Atocha, por citar solo algún ejemplo. Pero algo que resulta aún más grave son las clamorosas ausencias, es decir, aquellos hoteles que no han recibido ni una llave. Cabe mencionar en este sentido, Majestic (Barcelona), Orfila (Madrid), Don Ramón (Sevilla), Son Vell (Menorca) o Abama (Tenerife), solo por citar algunas lagunas que claramente comprometen la credibilidad de la selección. Sorprende igualmente que ni un solo Parador, ni siquiera Granada o Santiago, merezcan estar en la lista, cuando uno de los aspectos que más se valora es precisamente el vínculo con el destino. Es cierto que el nivel de servicio de un tiempo a esta parte de la red impulsada por Alfonso XIII y creada por el Marqués de Vega Inclán ofrece un amplio margen de mejora, pero no se puede negar de algunos de los paradores si lo que se trata es de valorar «una estancia inolvidable».
Más allá de las listas como sensacional reclamo de marketing, muy necesario para los hoteles independientes en un panorama con tanta oferta y tan competitivo, hay un importante movimiento estratégico en el universo de la guía de tapas rojas creada por los hermanos Michelin hace casi 125 años. Las nuevas llaves son en realidad un movimiento más en un competitivo tablero de ajedrez más amplio, digital y global, en el que la vieja guía roja quiere estar presente.
Hace cuatro años, Michelin compró, de una manera bastante discreta y por una suma muy elevada, uno de los principales portales de reserva de hoteles de Estados Unidos, Tablet Hotels, principalmente enfocado en hoteles independientes y boutique. Dada así su primer paso estratégico al mundo hotelero y digital. La gran aspiración de Michelin es convertirse en portal de referencia a la hora de elegir, planificar y reservar hoteles y experiencias.
La gran novedad, además de la concesión de las llaves, es la posibilidad de reservar online a través de la web de Michelin, cosa imposible de hacer en la gran mayoría de los restaurantes premiados. Y es ahí donde está el verdadero juego. Poder competir con Booking o CTrip o sacar en un futuro un club de socios que ofrezca ventajas a sus miembros por realizar las reservas a través de su portal.
Michelin ha dado el salto inteligente y necesario al mundo del siglo XXI. Pero tendrá que cuidar un poco más sus criterios o poner más medios en sus procesos de inspección –especialmente fuera de Francia, donde no han cometido los errores que en España– para no perder valor de marca, independencia y credibilidad en sus recomendaciones.