Antiguamente las mujeres de Vejer de la Frontera vestían ropas oscuras, compuestas de sayos pesados y una especie de mantón negro que, a modo de velo, tapaba todo el rostro menos el ojo izquierdo. Aunque parezca mentira, no se asocia a la cultura islámica ni andalusí, sino que es un atuendo de origen castellano que, a día de hoy, se utiliza, sobre todo, en fiestas patronales. En estas fechas, se nombra la cobijada mayor y la infantil, que representan durante todo el año siguiente a la mujer vejeriega en los actos públicos. En su honor, también se construyó una escultura que preside el mejor mirador del pueblo.