Para el mundo antiguo, el número siete tenía un significado espiritual y representaba la perfección. Gracias, en parte, a que era la suma de los planetas conocidos hasta el momento, junto a la Luna y el Sol. En base a ello, personalidades griegas como el poeta Antípatro de Sidón y el matemático Filón de Bizancio establecieron como base una lista con aquellos lugares a los que habían viajado y a los que consideraban una auténtica maravilla.
Así, recopilaron las primeras guías con los lugares más recomendados de conocer. El antiguo faro de Alejandría y la Puerta de Ishtar de Babilonia fueron algunos de ellos, aunque, con el paso del tiempo fueron sustituidas por dos clasificaciones diferentes: las 'thaumata' (maravillas) del Mundo Antiguo y las del Mundo Moderno.
Desde entonces, ciudades, estatuas, tumbas y una gran variedad de lugares arquitectónicos y naturales forman parte de las dos listas. La fama Muchos países, además, ahora clasifican sus propias maravillas. Teniendo en cuenta la belleza de cada rincón de España, la revista National Geographic ha establecido un ranking con las siete maravillas naturales de nuestro país.
Ordesa y Monte Perdido
Esta región de Huesca situada en pleno corazón de los Pirineos aragoneses, en la provincia de Huesca, alberga una diversidad de flora y fauna digna de cualquier otra zona del planeta. Sus impresionantes paisajes navegan entre los valles y las cumbres más escarpadas, siendo Monte Perdido la más alta con 3.335 metros de altura. Esta montaña, la mayor de roca calcárea de Europa, y todo el entorno que lo rodea es el mejor lugar para los aventureros a los que les guste el senderismo y los deportes de montaña más arriesgados.
Timanfaya
En contraste con el anterior, el Parque Nacional de Timanfaya destaca por su «ausencia de vegetación, la extrema rugosidad de sus formas y las siluetas de sus volcanes». Un paisaje de otro mundo situado en Lanzarote, que nació como resultado de las erupciones volcánicas ocurridas entre 1720 y 1736. La revista destacada, además, que a pesar de que han pasado siglos desde la último erupción, hay zonas del parque a 13 metros de profundidad que superan los 500 grados de temperatura.
Garajonay
También en las islas Canarias, pero en La Gomera se encuentra el Parque Nacional de Garajonay. Uno de los bosques más singulares y emblemáticos de España: la laurisilva o Monteverde, un ecosistema proveniente del Terciario con una flora endémica superviviente de las selvas subtropicales que poblaron la cuenca del mediterráneo hace millones de años. Esta permite, además, que incluso en periodos de sequía, la humedad necesaria para su conservación se mantenga prácticamente constante. Los árboles captan la humedad de la niebla típica de la zona creando gotas de agua que actúa de lluvia y empapan el suelo.
Doñana
Está situado entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz y es una maravilla biológica de la Costa de la Luz. «Doñana se ha definido siempre como un mosaico de paisajes, en los que, además, las distintas estaciones ponen su nota de color y marca la presencia de su biodiversidad», explican desde la web de Turismo. A estas latitudes, colindantes con el Océano Atlántico, llegan millones de aves migratorias cada año, pues Doñana es zona de invernada, paso y cría de cientos de especies que sobreviven gracias a su protección. La privilegiada situación geográfica, al sur de Europa, muy cerca de África, convierte a este rincón de Andalucía en un paraíso natural con una valiosa diversidad biológica.
Picos de Europa
Un espacio natural único en el mundo, no solo por sus características orográficas o geológicas, sino por su intensa historia en los distintos ámbitos de la vida humana. El que fuera primer Parque Nacional en España, con más de un siglo de existencia, esconde preciados tesoros en forma de cumbres, cuevas o miradores, como el de Ordiales. Aunque la ruta más conocida es la del Cares, de 24 km y que une las localidades de Caín y Poncebos.
Ses Illetes
GTRES
Una de las playas más llamativas de Formentera fue elegida como una de las mejores del mundo. Hablamos de Ses Illetes, un paraíso de aguas azules y arena blanca que ocupa gran parte de la península de Es Trucadors, con más de 450 metros de playa salvaje. Lo más destacable es que la gran extensión de la playa permite a sus visitantes disfrutar de la misma sin la aglomeración que sí hay en otras zonas de la islas baleares.
Zumaya
Zumaya es el resultado de la confluencia de los ríos Urola y Narrondo, creando uno de los más bellos paisajes de la costa guipuzcoana. Esta formación geológica provocada por la sedimentación rítmica, explica la revista, crea un «milhojas pétreo» que ahora se conoce con el nombre de flysch y que se puede ver, sobre todo, en las playas de Itzurun y Santiago.