La mejor calle española para tapear (y más barata): 80 bares en 200 metros
El periódico The Times ensalza la calidad de la comida y del vino de La Rioja y la hospitalidad de su gente
«Si piensas en España, es probable que te imagines tapas y paella, pero este es un país tan apasionado por la gastronomía como cualquier otro de Europa. Hay mucho para elegir», así comienza un artículo de The Times, donde se ensalza la calidad de la cocina de nuestro país, con un recorrido por las mejores ciudades para alegrar el estómago. La oferta es muy amplia y para todos los bolsillos y paladares. «Ya sea que busques restaurantes con estrellas Michelin o bares de pinchos informales donde casi seguro que estarás hombro con hombro con tu vecino», añaden.
Proponen nueve ciudades para degustar lo mejor de la gastronomía española y eligen la mejor para tapear. Probablemente vengan a la mente del lector Bilbao con sus pinchos, Granada, con una calidad suprema en la calle Navas, o Sevilla, con su sabroso rabo de toro. Pero el periódico inglés se ha fijado en otra, con mejores precios.
Encabeza el ranking Logroño, por la calidad de sus pinchos y tapas. Es una de las paradas del Camino de Santiago y se ha ganado la reputación de ser un centro de tapeo. La calle del Laurel mide aproximadamente 200 metros y cuenta, con 80 establecimientos de pinchos y vinos, que alcanzan su máximo ambiente sobre las nueve de la noche. Precios ajustados. Un pincho y un corto de cerveza por 2,30 euros.
La calle Laurel discurre paralela a la de Bretón de los Herreros, lugar en el que se levantaban las antiguas murallas de Logroño hasta que fueron demolidas en 1862. A partir de ese momento se decidió reconstruir las casas colindantes, dando origen a lo que hoy en día es la calle Laurel. Los bares se fueron estableciendo aquí, con vinos de la tierra y pequeñas raciones de embutido o queso.
Pinchos famosos
El primer bar que abrió y hoy se enorgullece de ser el más antiguo de Logroño, es el Blanco y Negro, con sus bocatitas de anchoa y pimiento verde o su matrimonio de queso de cabra y jamón.
Aunque The Times no especifica ningún bar en concreto, uno de los más famosos es el Soriano, donde sirven el champi, con una sencilla receta de champiñones a la plancha con gambas y una salsa secreta. El precio por unidad es de 1,50 euros. Otro de los que cuenta con más adeptos es el pincho Cojonudo que sirven en El Muro, con relleno de carne de picadillo de chorizo y un huevo de codorniz a la plancha. Como no podía ser de otra forma, siempre en compañía de uno de sus vinos para acompañar la tapa.
«Un atractivo añadido es que Logroño es la capital de la región de La Rioja, lo que significa que los tintos afrutados y los blancos robustos son baratos, abundantes y muy, muy buenos», añade el periódico.
La calidad de sus vinos y el buen ambiente está garantizado y por ello a la calle Laurel y sus aledañas se las conoce como «la senda de los elefantes», ya que se dice que todo el que entra sale con trompa y a cuatro patas.
Además de la gastronomía, en Logroño conviene visitar la catedral y perderse por las calles del casco antiguo, donde los turistas pueden visitar los calados, túneles subterráneos del siglo XIV que se utilizaban para la elaboración del vino.
Este no es el único destino del que habla el reportaje, que menciona otras ciudades para comer bien como Oviedo, Madrid, Barcelona, San Sebastián o Sevilla.