Fundado en 1910

El hotel The Newt, en Somerset, se ha alzado con las tres llaves Michelin en Inglaterra

El precioso hotel de la campiña inglesa donde crece el manzano de Newton

En lugares como The Newt, se entiende mejor que el Rey de Inglaterra prefiera pasar sus días en Sandringham y no en Buckingham

Todo en The Newt es sorprendente, un lugar extraordinario que invita a la ensoñación, la fantasía hecha realidad por uno de los empresarios más exitosos y adinerados de Sudáfrica, que hace unos años decidió cumplir su sueño de poseer una casa en la campiña inglesa. Y eligió para ello una extensa finca en Somerset, al sudoeste del país, adquiriendo una de esas centenarias posesiones de la aristocracia rural, abandonada y caída en desuso, pero con ese sabor a rancio abolengo y magníficas posibilidades. Un precioso paraje campestre de suaves colinas y verdes valles envueltos a menudo en niebla a una hora y media de Londres, célebre por sus manzanas y su sidra y también por sus leyendas. Desde una de las partes más hermosas del hotel, se divisa el montículo donde algunos historiadores sitúan Camelot.

Las leyendas artúricas cruzan esta tierra fértil y contribuyen con unas gotitas de la magia de Merlín a crea este capricho sin igual hecho a base de la pasión, el excelente gusto, la sensibilidad y los enormes recursos de sus propietarios, mezclados con ese nivel de confort que los británicos confieren a sus magníficas propiedades campestres y al imaginario colectivo sobre la vida en el campo en las islas británicas. En lugares como The Newt, se entiende mejor que el Rey de Inglaterra prefiera pasar sus días en Sandringham y no en Buckingham.

Jardines de The NewtClive Boursnell©

Abierto hace cinco años, tras casi una década de costosa y cuidada transformación, The Newt es noticia esta semana porque se ha alzado con las tres llaves Michelin, el equivalente hotelero a sus cotizadas estrellas gastronómicas. Es la primera vez que la prestigiosa guía francesa distingue establecimientos hoteleros británicos, y a pesar de los numerosos y excelentes hoteles rurales repartidos por Inglaterra, muchos de ellos espléndidas «manor» que nos resultan familiares gracias al cine o a las series, tan solo tres han merecido la máxima calificación: Le Manoir aux Quat'Saisons, del grupo Belmond; Lucknam Park, miembro de Relais&Chateaux, y The Newt.

Adquirido en principio para ser la residencia particular en la campiña inglesa del billonario sudafricano Koos BekKer y de su mujer, el proyecto fue evolucionado y creciendo hasta convertirse en una fantasía única en el mundo a la que la palabra hotel le viene muy corta. En su evolución, ha sabido incorporar de forma certera ciertos imprevistos que ha convertido en nuevos atractivos. Como en tantos cuentos y leyendas, y mientras limpiaban las viejas charcas, apareció una criatura inesperada, un tritón de cresta verde de una variedad en peligro de extinción en Inglaterra, lo que obligó a paralizar el proyecto y retraso su apertura casi dos años. Lejos de contrariarse al ver retrasados sus planes, vieron en el hallazgo una oportunidad de estudiar y proteger a este pariente de la salamandra e iniciaron todo un programa que hace que hoy el hotel tenga en plantilla a biólogos, zoólogos, entomólogos y haya desarrollado toda una programación pedagógica e investigadora que abarca abejas, mariposas y otros insectos y anfibios como el tritón.

Recinto del spa The Newt

Algo similar ocurrió cuando encontraron, hace dos años, los restos de una aldea romana en una finca adquirida en su proceso de ampliación. El hallazgo dio pie a la reciente creación de un pequeño museo arqueológico y a la recreación de una villa romana, que hoy es visitada por miles de colegiales de la zona y que incluye hasta una experiencia de realidad virtual. Conforme han ido comprando terrenos y granjas colindantes, han ido aumentado este increíble paraje sin perder la esencia del pequeño hotel primigenio.

Salón principal de The Newt

Habitación con vistas a los jardines

Un hotel de tan solo 23 habitaciones en su casa principal del siglo XVII, que se ha hecho un nombre como escapada de lujo para la clase acomodada inglesa, gracias a su nivel de detalle, su excelente servicio, su oferta gastronómica y su soberbio spa. Sin dejar de ser la escapada perfecta para el urbanita estresado, este pequeño universo de tintes irreales abarca hoy bosques de ciervos, granjas de ganado ovino y vacuno, huertos de cultivo ecológico, estanques con tritones y nenúfares, fuentes que surtan agua cuando uno se aproxima, y hectáreas y hectáreas de manzanos.

Se trata de un manzano extraído de una rama del frutal original que hizo pensar a Newton en la teoría de la gravedad

El manzano es el alma de The Newt, su leit motiv. Está presente en todas partes, desde obras de arte hasta su carta y extensa biblioteca. Y, especialmente, en sus huertos y jardines. Tiene ejemplares de unas 300 variedades y cuenta con un equipo de jardineros y expertos consagrados exclusivamente a los manzanos. En The Newt se prensa la sidra, se elaboran zumos de manzana, tartas y hasta helados de este fruto.

Placa Flower of Kent

Al viajero curioso y con ánimo de aprender, le proporciona deliciosos momentos pasear por sus jardines laberínticos leyendo las pequeñas placas de bronce repartidas junto a los árboles. Citas y textos alusivos a las manzanas y toda clase de historias, reales e imaginarias, desde Guillermo Tell a lo que Kipling o Shakespeare pensaban sobre el árbol y sus frutos da idea de la sensibilidad del lugar. Ninguna placa llama tanto la atención como la que figura al pie de un pequeño manzano que, desde hace unos meses, crece solitario en un lugar preminente de este edén. Se trata de un manzano extraído de una rama del frutal original que hizo pensar a Newton en la teoría de la gravedad. En 1666, la gran plaga de Londres llegó a Cambridge, donde Newton estaba estudiando.

El científico tuvo que volver a su casa de Woolsthorpe, en Linconlshire, se lee en la placa. Y en ese jardín, que todavía se conserva, crece el árbol más célebre y legendario de la historia de la ciencia. Dada la sensibilidad de The Newt por todo lo relativo al frutal, el National Trust británico, que cuida el ejemplar, ha permitido que fuera plantado en él uno de sus retoños, privilegio que comparte con doctas instituciones. Una excepción que parece del todo justificada. Un árbol excepcional para pensar junto a él en la ciencia y en la fantasía, de Newton al mago Merlín sin salir de las verdes colinas de Somerset envueltas en una ligera niebla que invita a la ensoñación.