Los espectaculares palacios y fortalezas de la Casa de Alba que merece la pena visitar

Solía decirse que la duquesa de Alba podría recorrer España sin dejar de pisar alguna de sus numerosas, valiosas e inmensas propiedades repartidas por toda nuestra geografía. Cuando se cumple una década de su fallecimiento, la parte más valiosa de este conjunto patrimonial como había pocos en Europa, permanece unido bajo el paraguas de la Fundación Casa de Alba, vinculada al jefe de la Casa y al título nobiliario del que toma el nombre, Ducado de Alba de Tormes. La fundación, creada por Cayetana Alba y su primer marido, Jacobo Martínez de Irujo, cumplirá en 2025 su primer medio siglo de vida y se prepara para celebrar la efeméride con una programación que tendrá como estrella la exposición que el Palacio de Liria acogerá a partir de próximo mes de febrero de Joana de Vasconcelos.

La artista portuguesa expuso parte de su obra hace unos años en el Palacio de Versalles con una extraordinaria acogida. El marcado contraste entre sus creaciones y el ambiente histórico del magnífico palacio barroco situado a las afuera de París fue uno de los éxitos de la muestra y este mismo efecto se busca en el Palacio de Liria, de estilo neoclásico en este caso.

Se trata de una importante decisión que se interpreta como una reivindicación del papel histórico que ha tenido la Casa de Alba al relacionarse con los artistas de su tiempo y que podría meter de lleno a la sede de la primera casa ducal de España en la rica oferta artística y expositiva de Madrid.

Uno de los edificios palaciegos más importantes de nuestro país abrió sus puertas al público en 2019 para visitas guiadas y este año, según han facilitado a El Debate fuentes de la Fundación Casa de Alba, superará por primera vez los 100.000 visitantes. Una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta la importante limitación de aforo diario con el objetivo de garantizar que las visitas se realicen en condiciones óptimas.

En la actualidad, y hasta el próximo 26 de enero, se puede visitar en el palacio la exposición «Cartas de Colón. América en la Casa de Alba», que muestra parte del patrimonio vínculo al nuevo continente conservado en la colección familiar, y en la que destacan los 24 autógrafos de Cristóbal Colón, que se exponen al completo por primera vez, junto a cartas, notas de viaje y mapas de gran valor en poder de la Fundación. La muestra pone de relieve la estrecha relación entre la Casa de Alba y América desde tiempos colombinos. Conviene recordar que el Palacio de Liria está estrechamente relacionado con la familia Colón, pues fue Jacobo Francisco Fitz-James Stuart y Colón, III duque de Liria, quien impulsó y terminó su construcción gracias a las cuantiosas rentas que percibía por el ducado de Veragua, cuyo primer titular fue un nieto de Cristóbal Colón.

El archivo histórico es solo una parte de los valiosísimos objetos que se custodian en la sede familiar y que se puede observar durante la visita. Liria guarda la mayor parte de la colección de arte de la familia, en la que se incluyen 52 tapices, y obras de Velázquez, Rubens, Tiziano, El Greco, Goya, Zurbarán, Picasso, Miró y Chagall, entre otros. Su biblioteca guarda la primera biblia traducida al castellano, el testamento de Fernando el Católico, la edición príncipe de El Quijote, entre otros. Por primera vez desde su apertura, los jardines del Palacio de Liria se abrieron al público el verano pasado, ofreciendo una serie de visitas guiadas que, en principio se repetirán el próximo año.

Liria fue el último de los tres palacios de la Fundación Casa de Alba que ofrecen visitas guiadas que abrió sus puertas. En marzo de 2016, es decir, dos años después de la muerte de Cayetana, lo hizo el sevillano Palacio de Dueñas, uno de los inmuebles más queridos por la última duquesa y en el que protagonizó importantes acontecimientos de su vida familiar y social. Dueñas en un magnífico palacio de estilo gótico mudéjar con toques sevillanos como azulejos, enrejados, patios y un magnífico jardín con suelo cubierto de albero, muy visitado por los turistas extranjeros que recalan en la capital andaluza. En 2018, abrió sus puertas el Palacio de Monterrey, en Salamanca, máximo exponente del estilo plateresco y un palacio sobresaliente de una ciudad donde la Iglesia y la Universidad protagonizan la escena monumental. Desde el año pasado, se pueden visitar además sus cocinas y zonas de servicios, uno de los conjuntos de esta funcionalidad mejor conservados de España. En verano, además, el palacio charro realiza visitas nocturnas.

Aunque su presencia mediática y familiar está más vinculada a Madrid o Sevilla, no hay que olivar el origen salmantino del ducado. En Castilla y León se encuentran, por esta razón, la mayoría de sus posesiones patrimoniales, aunque muchas de ellas han sido vendidas o cedidas o son fincas de explotación agraria o agropecuaria que no están abiertas al público. El uso del castillo fortaleza de la villa salmantina de Alba de Tormes, cuna del linaje, fue cedido en 1991 al Ayuntamiento de la localidad. El castillo se remonta a la época de don Gutiérrez Gómez de Toledo, en el siglo XV y fue uno de los palacios más lujosos de la época. Aquí se hospedaron ilustres escritores como Garcilaso de la Vega, Lope de Vega o Calderón de la Barca. Del impresionante conjunto de la época se conserva poco más que una de las seis torres de homenaje que tuvo, fue prácticamente derruido en la Guerra de la Independencia. En el interior, un pequeño museo ofrece restos arqueológicos pertenecientes al propio castillo y pinturas murales renacentistas que representan episodios de la batalla de Mühlberg y las victorias del Gran Duque de Alba.

Otra cesión de propiedades se produjo en Piedrahita (Ávila), localidad de nacimiento precisamente del Gran Duque de Alba, cuyo palacio es hoy un colegio de educación infantil y primaria. Se trata de un palacete de granito mandado construir por el arquitecto francés Marquet, autor de la Real Casa de Correos (sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid). Quien más lo utilizó fue la XIII duquesa de Alba, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, invitando a importantes personajes de la vida cultural de la época, como Francisco de Goya o el escritor Gaspar Melchor de Jovellanos. Sus jardines son municipales y por tanto se pueden visitar, así como el exterior de un palace lleno de historia, y donde la familia pasaba los veranos hasta la Guerra Civil.

El más destacado de estos edificios es el Castillo de Coca, en Segovia, construido en 1493 y considerado una de las mejores muestras del gótico-mudéjar y un singular ejemplo de arquitectura defensiva en ladrillo. En 1954, su uso fue decido al Ministerio de Agricultura por un periodo de cien años a cambio de su restauración, pero la Casa de Alba conserva su propiedad. Hoy está gestionado por la Junta de Castilla y León y acoge un centro de Formación Profesional que imparte ciclos en Gestión Forestal y Medio Ambiente. Admite visitas (reservando con 48 horas de antelación), que permiten recorrer mazmorras, salas de armas y un pequeño museo.