
Gévora bien merece una visita
Los pueblos que Franco construyó en Extremadura
Cada semana, Álex Navajas descubre los lugares más sorprendentes del país. Hoy viaja hasta Gévora, uno de los 60 pueblos que mandó construir el general Franco en Extremadura para cultivar las tierras.
Gévora —hasta 2011, Gévora del Caudillo— es uno de los 60 pueblos «ex novo» que el Instituto Nacional de Colonización construyó en Extremadura entre la década de los 40 y de los 70 del pasado siglo.
Situado a 5 kilómetros de Badajoz, lo diseñó el arquitecto Carlos Arniches, autor, entre otras obras, del hipódromo de la Zarzuela de Madrid y de partes del Instituto Ramiro de Maeztu y de la Residencia de Estudiantes, también en la capital. Era, además, el hijo del comediógrafo español de la generación del 98 del mismo nombre, que escribió decenas de sainetes y comedias.
El diseño del pueblo es sorprendente. Las viviendas están distribuidas en rombos que forman dientes de sierra, de líneas limpias y rectas y encaladas Se trata de unas amplias casas de hasta 400 m² de parcela, y a los nuevos colonos se les hacía entrega de tierras, animales, y aperos de labranza. Nada mal para empezar una nueva vida en la España de los años 40.
En el centro del pueblo (en el que habitan ahora más de 2.500 personas) se encuentra la iglesia, con su fachada cóncava y blanquecina en la que se abren ocho espacios para las campanas. Hay muchos elementos que permanecen inalterados desde su fundación, en 1954. Sin duda, un fascinante viaje al pasado.