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1 de cada 7 adolescentes padecen problemas de salud mental

1 de cada 7 adolescentes padecen problemas de salud mentalImagen de archivo

Adolescencia

El suicidio es la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes

Los problemas de salud mental de los adolescentes más comunes son la ansiedad, la depresión y los trastornos alimenticios. Uno de cada siete jóvenes en el mundo los padecen

Los datos son alarmantes. En el año 2019 se quitaron la vida 309 personas de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años, tal y como se plasma en las estadísticas de defunción por causa de muerte del Instituto Nacional de Estadística. Según el Observatorio del Suicidio en España, el total de suicidios anuales supone una media de diez suicidios diarios; uno cada dos horas y media.

Los problemas de salud mental se han señalado como la causa principal de que tantos jóvenes se quiten la vida, más concretamente la depresión, la ansiedad y el estrés. Según el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia de UNICEF, uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padece un trastorno mental diagnosticado. Esto representa 86 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años, y 80 millones de entre 10 y 14.

En un comunicado de la Asociación Española de Pediatría publicado en junio de 2021 se advirtió de que las urgencias pediátricas de psiquiatría habían aumentado en un 50% y Mercedes Bermejo, vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, denuncia que los centros de salud públicos y privados tienen una lista de espera de meses para atender problemas psiquiátricos. «No puede ser que los jóvenes estén sufriendo y no se les pueda ayudar. Los estudios hablan de que, si hay un problema de salud mental a nivel infantojuvenil, si no se previene, lo que hará es que tengamos una sociedad con enfermedades mentales crónicas. Como sociedad nos va a salir caro». Por su parte, el Instituto de la Juventud (Injuve) ha señalado en su Revista de Estudios de Juventud que «los datos han llevado a investigar en los últimos años si existe una epidemia de depresión en niños y adolescentes».

Construir una identidad propia

La adolescencia es una etapa muy compleja a nivel mental, en la que se construye una identidad y una personalidad propia. Esta búsqueda del `yo´ adolescente aumenta los niveles de estrés emocional, a lo que ahora se han sumado un uso excesivo de las redes sociales y una pandemia mundial. Bermejo señala que en cuatro de cada cinco jóvenes el mal uso de la tecnología y las redes sociales provoca sentimientos de ansiedad y empeora su salud mental. «Los adolescentes tienen una serie de requerimientos de permanencia y de sociabilidad de los que se han visto privados con la pandemia. Esto produce una afectación emocional añadida a los problemas de salud mental que había anteriormente», afirma la psicóloga.

Por su parte, las redes sociales se han convertido en un espacio donde los más jóvenes interactúan entre sí como iguales, pero es un lugar irreal, y cada vez se dan más casos de personas que pasan más tiempo ahí que en el mundo real. Como apunta Bermejo, «en este universo virtual no hay contacto directo, por lo que no se desarrollan las habilidades sociales de inteligencia emocional que tan importantes son en la etapa de la adolescencia».

La depresión es la enfermedad mental más común en España

La depresión es la enfermedad mental más común en EspañaImagen de archivo

Todo esto tiene como consecuencia la aparición de patologías psicológicas entre los más pequeños, y en líneas generales, la doctora Bermejo resume lo más diagnosticado en «alteraciones del estado de ánimo, trastornos de la conducta alimentaria y diferentes manifestaciones de ansiedad» y los síntomas más comunes en modificaciones en rutinas de sueño, hábitos de alimentación e interacciones sociales.

Los adolescentes necesitan su espacio, pero también ser escuchados. Aunque pueda parecer contradictorio son dos caras de una misma moneda. Para poder ayudarlos cuando se encuentran luchando consigo mismos es importante empatizar con ellos. «Se nos ha olvidado que también fuimos adolescentes, que también sufrimos. No hemos sido justos con ellos durante la pandemia, se les ha juzgado demasiado y no se ha empatizado con sus sentimientos de permanencia y aceptación entre iguales», señala la especialista.

El papel de los colegios

Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Comisión Europea reconocen la importancia de los centros educativos como un entorno en el que actuar en beneficio de la salud y el bienestar mental. En el colegio es donde los niños pasan su día a día, y donde es posible observar conductas anormales y repentinas en adolescentes, que suelen indicar que hay algo detrás. Andrés Lagar es orientador educativo de ESO y Bachillerato en el colegio Claret de Madrid y especialista en psicopatología y salud. Para él, el apoyo diario y el seguimiento es lo más importante. «Nuestro papel es primero de todo ver que algo pasa, y derivar a los servicios sanitarios oportunos en cada caso. Hay psicopatologías leves que no tienen que ver con la salud mental, sino con un déficit de atención o una dislexia, que afectan al rendimiento escolar. Estos son los que más nos afectan y los que sí podemos ayudar a tratar».

Sin embargo, continúa el orientador, cada vez se encuentran con más casos de trastornos de ansiedad y diagnósticos ansioso-depresivos, ansiedad social y trastornos en la alimentación. Estos últimos son más comunes en tercero y cuarto de la ESO y primero de bachillerato, y son más llamativos porque requieren hospitalización. En estas situaciones, apunta Lagar, «si el alumno está trabajando en su depresión o su ansiedad, está un mes sin ir al colegio, y a la vuelta se le dice todo lo que no ha hecho, puede volver a recaer. Intentamos que sea lo contrario».

La confianza y la comunicación son clave en la prevención

La confianza y la comunicación son clave en la prevenciónGTRES

Es importante que las familias entiendan la etapa tan complicada que están viviendo los adolescentes. «No los escuchamos y no trabajamos en espacios en los que poder hablar con ellos», afirma Bermejo. Crear un clima de confianza tanto en casa como en los centros educativos es clave. Esto es algo en lo que han coincidido tanto la psicóloga como el orientador, y también en que las familias necesitan una guía en muchas ocasiones. En esto juega un papel destacado la comunicación familia-colegio: «que los padres hablen con los tutores sobre lo que ocurre en casa o si observan comportamientos que no son normales en sus hijos para poder estar más pendientes», resalta Lagar.

La prevención desde los colegios es una cuestión de fondo, una labor del día a día en la que los docentes y los orientadores han de estar muy atentos a las conductas de los adolescentes y reconocer en estas posibles patologías. Así lo afirma Andrés Lagar. Sin embargo, para Bermejo, «como sociedad, en España, estamos fallando porque no hay esa conciencia ni esa prevención de la salud mental de los jóvenes». Hay que tomar conciencia de los efectos de los problemas en la salud mental de los más jóvenes. Ayudándolos a ellos, se ayuda también al futuro de la sociedad, si no, como advierte la doctora Bermejo, «nos va a salir caro». 

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