Cada vez más mujeres deciden dar a luz en la bañera

A principios del mes de noviembre, Ciudadanos presentó una iniciativa legislativa en el Congreso para la creación de casas de partos y fomentar los partos naturales, también en el agua. Se trata de una Proposición No de Ley que tiene como objetivo mejorar la atención que reciben las mujeres durante el alumbramiento y el posparto.

Sin embargo, ¿cuáles son los beneficios y los riesgos de los partos sumergidos? En el año 2010, el Sistema Nacional de Salud publicó su Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal. En esta se recomienda «la inmersión en agua caliente como un método eficaz de alivio del dolor durante la fase tardía de la primera etapa del parto». Lo que es lo mismo: en la última parte de la dilatación.

Un parto natural, sin epidural

Sara García, referente de matrona de la Fundación Hospital Sant Joan de Deu de Martorell, opina sobre la propuesta de la formación naranja que «cualquier iniciativa cuyo objetivo sea poner a la mujer en el centro de los cuidados» ha de ser bienvenida. La de Martorell es una de las dos únicas casas de nacimientos que existen en España con titularidad pública.

«Las unidades de matronas y los centros de nacimientos tienen estrategias con una alta certeza, que mejora la atención a la maternidad. Damos un tipo de cuidados con una filosofía de acción en la que la matrona encabeza la atención fisiológica de los partos», apunta García.

A nivel de definición, un parto natural es aquel que se realiza sin epidural, de manera que, como explica la matrona, «se apoya la capacidad natural de las mujeres para tener un parto con la mínima intervención». El alumbramiento en agua facilita unos mejores resultados en cuanto a partos normales y aumenta el nivel de satisfacción de las mujeres.

El agua favorece la elasticidad de los tejidos y se han visto evidencias de que hay menos desgarros

El cuarteto de la felicidad

Desde la Federación de Matronas de España (FAME), indican que existen distintos factores positivos de dar a luz en una bañera, tanto para la madre como para el recién nacido. Un ambiente más relajado y el alivio del dolor hace que aumenten los niveles de oxitocina y serotonina en la madre, dos de las hormonas del `cuarteto de la felicidad´. García explica que estas condiciones hacen que el parto sea más corto, por la relajación y el calor que favorecen una dilatación del cuello del útero más rápida. El agua favorece también la elasticidad de los tejidos y, como afirma la matrona, se han visto evidencias de que hay menos desgarros.

Este mismo consenso también indica que en la primera etapa del parto, la fase de dilatación, el parto en el agua disminuye la necesidad de analgesia farmacológica –epidural–, y la duración del trabajo del parto. «La seguridad y la eficacia de la atención en el agua durante el expulsivo no está establecida, ni para las madres ni para los recién nacidos». Por ello, su recomendación final es que el parto en agua se contemple en el contexto de un ensayo clínico controlado. Aunque no existen riesgos, tampoco beneficios. Por tanto, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia no recomienda finalizar el parto en el interior de la bañera.

Muchas madres deciden, cada vez más, dar a luz en agua, no solo por los beneficios de un parto natural, sino también porque el agua, como medio, facilita la movilidad y la madre no tiene tanta presión del peso al alumbrar a su hijo. García coincide con el consenso de la Sociedad de Neonatología y la Sociedad de Ginecología en que se debe dar la opción a las madres para que puedan elegir, junto con toda la información que puedan necesitar: «especificando su indicación en cada caso, las posibles contraindicaciones, los beneficios y los riesgos, tanto para su salud como para la del bebé».