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Entrevista

Esperanza Puente: «El cien por cien de las mujeres sufren el postaborto»

La presidenta de la Asociación Voz Postaborto vivió un aborto provocado hace 27 años. Bajo la experiencia de lo que supuso para ella, se ha dedicado a ayudar a madres en situaciones como la que ella vivió

En España se rozan las cien mil vidas inocentes que se abortan cada año. Concretamente, en 2020 fueron un total de 88.269, según los datos del Ministerio de Sanidad. Puede que fuese el confinamiento lo que hizo disminuir esta cifra, que llevaba en tendencia creciente desde 2016, y que en el año 2019, ascendía a 99 149 bebés abortados. 

Pero, ¿qué les ocurre a todas esas madres destrozadas ante la pérdida de sus hijos? Esperanza Puente es la presidenta de la Asociación Voz Postaborto, donde se dedican a dar a conocer las consecuencias del aborto, a concienciar a la sociedad y a crear comunidad para que nadie que pase por esta experiencia tenga que hacerlo en soledad. 

Hace 27 años, Esperanza vivió un aborto provocado. Desde entonces, y bajo la experiencia de lo que supuso para ella, se ha dedicado a ayudar a madres en situaciones de vulnerabilidad ante el embarazo, por un lado; y por otro, a dar a conocer las terribles consecuencias, mentales y físicas, que un aborto tiene para las mujeres que lo sufren.

Por ello, Esperanza habla en primera persona ante esta realidad a la que cada vez más mujeres se ven abocadas. 

Esperanza Puente, presidenta de la Asociación Voz PostabortoPaula Argüelles

–¿Cuál es la labor de la Asociación Voz Postaborto?

–Somos una asociación que tiene tres ramas importantes. La primera trata de dar a conocer el postaborto, que existe, que ya está bien de que se siga negando. Solo dicen que sufren cuatro... esas que tienen fe. Que las mujeres que son católicas o evangélicas son las que sufren. Que la mujer moderna de hoy en día no sufre, aborta y no le pasa absolutamente nada. Nada más lejos de la realidad.

La segunda rama es para que la gente que ha pasado por un aborto provocado tenga una entidad con la que identificarse, donde poder comunicarse y donde poder compartir experiencias y comprobar que no te pasa a ti sola o que no te pasa a ti solo. Por desgracia, cada vez somos más las personas que pasamos por un aborto. De hecho, ya cinco de cada siete mujeres han pasado por uno o varios abortos cuando vienen embarazadas a solicitar ayuda a las entidades provida. El negocio del aborto lo que quiere es que la mujer aborte entre una y cinco veces. Y la tercera rama es que haya testimonios, porque es la única manera de concienciar a la sociedad que ha perdido el norte completamente.

Superar el postaborto sin la ayuda adecuada es imposible, pero sí se puede vivir con ello el resto de tu vida

–¿Cómo surge esta asociación?

–Surgió hace ya unos años. Antes, fui presidenta de una asociación en el año 2005 que se llamaba Asociación de Víctimas del Aborto, que al final se disolvió. Es una pena porque entiendo que haya que apoyar a la mujer que siga adelante con su embarazo, por supuesto, pero es verdad que se abandona a la mujer y al hombre después de pasar por un aborto provocado. No hay ayudas de ningún tipo, ni económicas, ni siquiera de profesionales.

En España se puso en marcha el proyecto Raquel que se lleva desde las diócesis y también derivo mujeres allí porque alguna ayuda tienen que tener. Hay una cosa que está muy clara y por eso es tan discutible el tema del postaborto. Existe, pero es discutible en cuanto a que no hay estudios o por lo menos hay pocos estudios. Los estudios serios que hay hablan de porcentajes del 60 % de las mujeres sufren depresión. En el cien por cien de los casos, las mujeres van a sufrir el postaborto.

Cada ser humano tiene capacidades distintas para afrontar, enfrentar y vivir con ello. Superar el postaborto sin la ayuda adecuada es imposible, pero sí se puede vivir con ello el resto de tu vida. El postaborto se sufre y yo lo llevo viendo porque los últimos casos que me están llegando son mujeres que han abortado hace 25 años, hace 30, la última, hace 35 años. 

-Paula Argüelles

-¿Cuáles son las principales consecuencias del postaborto?

–El aborto provoca tres heridas importantes. La herida humana, que es la psicológica. La herida espiritual, que es una cuestión de conciencia, no es una cuestión de religión. Ni siquiera es una cuestión de ideología. La herida espiritual tiene que ver con que los seres humanos somos los únicos animales que nacemos con conciencia para discernir entre lo que está bien y lo que no está bien. Y eso es otro hecho objetivo. Está herida si tienes fe va a ser un poquito más leve. Las mujeres que tienen fe o que han tenido alguna formación religiosa tienen la esperanza del perdón. Pero las mujeres que no han tenido formación religiosa o que no se les ha transmitido la fe a lo largo de su vida, son mujeres que viven sin esperanza.

El siguiente dolor que se avecina, que es el duelo, es lo más complicado de pasar para nosotras, porque nuestros hijos que han existido no los hemos visto, no han tenido un reconocimiento social, no los ha conocido nadie. De hecho, para el resto del mundo no existen. Y estos hijos hay que personalizarlos, hay que ponerles nombre, hay que hacer una serie de cosas para poder superar el duelo.

Las mujeres que pasamos por un aborto provocado, sí participamos en la muerte de nuestro hijo

El duelo implica autolesión y hay infinidad de formas y maneras de autolesionarse. Desde alcohol, drogas, intentos de suicidio, suicidio, aceptación del maltrato, aceptación de humillación, o sea, todo lo que quieras meter ahí, cabe. Es desde, me apetece un vaso de agua y no me lo bebo, hasta somatizar enfermedades que no tengo. En ese abanico puedes meter todo lo que quieras. Ese duelo es muy complicado, no solo de que tú lo puedas superar, sino de que te ayuden. Como se niega el postaborto, me encuentro con mujeres que van al psicólogo y lo que se les dice es «bueno, no te preocupes, eso no era nada, eso se olvida». Eso la hunde más. Da mucha pena que profesionales de la psicología y de la psiquiatría hayan ideologizado su profesión.

Perder un hijo no se olvida nunca, porque el dolor por la pérdida de un hijo para una mujer que aborta es exactamente igual que el dolor por la pérdida de un hijo que se mata en un accidente de tráfico. La única diferencia es que la madre que mata pierde un hijo en un accidente, no participa en su muerte. Las mujeres que pasamos por un aborto provocado, sí participamos en la muerte de nuestro hijo. Por lo tanto, a ese dolor por la pérdida que no va a tener acompañamiento de ningún tipo, que nadie nos va a dar el pésame, que no va a tener tumba donde visitar; sí hay sentimiento de culpa por haber participado en la muerte de un hijo. Las mujeres, al final y encima, abandonadas y solas, tienen que asumir que después de un aborto provocado se convierten en madres de hijos muertos. El tamaño no importa. Da igual que se aborte de 7, de 10, de 15 o de 30 semanas, porque es tu hijo y eso es algo que tampoco se ha inventado nadie.

-Paula Argüelles

-¿Por qué hay tanto silencio en torno al postaborto?

–El aborto es un negocio en estado puro. Se ha vendido muy bien ideológicamente hablando. Estar a favor del aborto es de modernos y de estupendos y de maravillosos. Y estar en contra del aborto es de retrógrados, de carcas, ultracatólicos, ultraconservadores. Todos los ultra que nos quieran poner. Defender la vida del ser humano es cosa de todos los seres humanos. Hay que partir de la base de que ningún ser humano tiene derecho a decidir quién vive y quién muere. Por tanto, no es una cuestión de ideologías. Es una cuestión de supervivencia pura y dura. Como otros muchos tipos de negocios, este es muy rentable. Empieza con la anticoncepción. Continúa con lo que vale un aborto, más luego el negocio que se hace con los restos humanos de los abortos. Pero es que además, hay que meter prostitución, trata de mujeres. Y esta rueda sigue y sigue. Hoy en día se ofrece las relaciones sexuales a las mujeres muy jóvenes. Por lo tanto, empiezan a tomar anticonceptivos artificiales antes, que dañan la salud sexual y reproductiva de la mujer. Además, retrasa su maternidad. Para cuando quiere tener hijos, lleva muchos años en toda su edad fértil metiéndose porquería en el cuerpo, por lo tanto tiene más dificultades para tener hijos. ¿Y qué se les plantea? El negocio estupendísimo de la fecundación in vitro.

Parte de la violencia entre hombres y mujeres que vivimos hoy en día, es causa de los dos millones y medio de españoles que no han nacido, que se han abortado

En este negocio lo más cruel es que en el aborto se muere un ser humano, que además con sus restos humanos, tanto si es en el primer trimestre, que los cortan en pedacitos como si es en el segundo o tercer trimestre que tienen que nacer y nacen enteros, se hace negocio con ellos.

Tenemos que tener en cuenta que el aborto, una de las cosas que genera es ira. Una de las consecuencias más graves es que genera mucha ira contra una misma y contra el hombre y contra el mundo. Y esa ira genera violencia. Violencia verbal y violencia física. Por lo tanto, yo si digo que parte de la violencia entre hombres y mujeres que vivimos hoy en día, es causa, oficialmente, de dos millones y medio de españoles que no han nacido, que se han abortado. Extraoficialmente, os garantizo, que superamos los cinco millones. No se contabilizan los abortos químicos. Los abortos que se dan a conocer por el Ministerio de Sanidad, son sólo los que pagamos con nuestros impuestos. Los abortos que se pagan en metálico del bolsillo de cada una, tampoco se contabilizan porque no se investigan los centros de abortos. La ley del 2010 vino a legalizar todas las ilegalidades que se habían cometido durante 25 años y a proteger a los que viven del negocio del aborto.

-Paula Argüelles

–¿Qué opina sobre la pena de cárcel para aquellas personas que acuden a los alrededores de los abortorios a rezar y a ayudar a esas madres?

–Me parece una vergüenza, una aberración, no tendría palabras despectivas para describir lo que me parece esta locura. Las mujeres necesitan ayuda antes de entrar en un centro de abortos, y si entran y acaban abortando, también necesitan ser escuchadas. Necesitamos que alguien nos saque de ahí, aunque sea de los pelos. Así que si hay alguien fuera y nos puede parar y preguntar qué necesitamos es necesario, no solo por salvar vidas humanas, sino porque la mujer lo grita, incluso la que va acompañada. Le va gritando a su familia, al novio de turno que la acompañe: «sácame de aquí. No quiero estar aquí»

Ojalá hubiera habido alguien en la puerta de la Dator cuando fui yo

Esta ley es innecesaria completamente. Innecesaria y abusiva, totalitaria y desde luego es discriminatoria completamente. No me cansaré de decir que ojalá hubiera habido alguien en la puerta de la Dator cuando fui yo, que al menos hubiera tenido la oportunidad de preguntarme, aunque a lo mejor yo voy y entro. Yo no digo que no. Pero al menos tener la oportunidad de ser informada, de preocuparle a alguien. Es injusto y me parece que es un paso atrás en la democracia y en un Estado de Derecho. 

Para defender la vida del ser humano, de todos los seres humanos, simple y llanamente hay que ser ser humano y tener conciencia. No necesitas religión de ningún tipo. Es una cuestión que va intrínseca con el ser humano, o sea, debería ir intrínseca con el ser humano.

Yo sigo creyendo en el ser humano. Creo que tiene por sí mismo capacidades para rebelarse, luchará siempre contra las grandes injusticias, como lo ha venido haciendo a lo largo de toda la historia. A lo mejor no lo vemos nuestra generación, pero siempre habrá seres humanos que se enfrenten a sus poderosos, que se creen que el mundo es suyo y que pueden hacer con él lo que quieran.