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Seis de cada diez adolescentes se ha emborrachado alguna vez en su vidaImagen de archivo

Salud 

Adolescentes y alcohol: el consumo responsable no existe

Se calcula que un 75 % de los adolescentes en España beben de manera ocasional y el 50 % de los padres saben que sus hijos consumen estas bebidas pero hacen la vista gorda

El pasado lunes se pudo conocer que la Policía Nacional había remitido a la Fiscalía más de veinte casos de comas etílicos en los últimos dos meses, pero ya antes de esto el Ayuntamiento de Madrid había tomado la decisión, a principios de octubre, de enviar los informes de cuadros etílicos graves a la Fiscalía ante el gran aumento de casos de ingesta abusiva de bebidas alcohólicas por parte de adolescentes en botellones. Su objetivo era «saber exactamente lo que ha pasado» y «responsabilizar a los padres».

En España hay entre cinco y seis millones de adolescentes. Se calcula que aproximadamente un 75 % de ellos, en edades comprendidas entre los 13 y los 18 años, han consumido alcohol alguna vez en su vida, y seis de cada diez, se ha emborrachado en alguna ocasión, según los datos del Ministerio de Sanidad. En nuestro país, el porcentaje de jóvenes que consumen bebidas alcohólicas es muy elevado, y desde edades muy tempranas. La edad media a la que los jóvenes empiezan a beber es a los 13 años, de manera ocasional, aunque se va haciendo más habitual con el tiempo. 

Una válvula de escape

«Esta realidad es un problema de salud pública», afirma Félix Notario, presidente de la Sociedad de Medicina de la Adolescencia (SEMA). El alcohol es una válvula de escape, no solo para lo más jóvenes, sino para toda la sociedad. «Como consumo, está muy arraigado en nuestra sociedad. ¿Cómo vamos a convencer a nuestros hijos de que el alcohol no es bueno con un gin-tonic en la mano?», se pregunta este doctor.

Los adolescentes llegan al coma etílico pese a su mayor tolerancia al alcohol. Por su propio metabolismo, estas bebidas tardan más en hacerles efecto, en absorberlo, si bien son mucho más vulnerables a las consecuencias perniciosas. «Muchos adolescentes lo consumen con bebidas energéticas que les hace percibir todavía menos que el alcohol les está haciendo su efecto, pero les hace mucho más daño», explica el doctor Notario. Su cerebro, aún en desarrollo, es el órgano que más perjudicado sale junto con el hígado.

El 50 % de los padres españoles saben que sus hijos beben alcohol, pero hacen la vista gordaImagen de archivo

El alcohol puede generar TDAH

Hasta los 20 o 25 años el cerebro humano no se encuentra completamente formado. «La corteza prefrontal, la más importante en la regulación de conductas, es la que más afectada se ve por el consumo de alcohol», afirma el presidente de la SEMA. Los adolescentes que consumen estas bebidas de manera frecuente suelen presentar un desarrollo cerebral imperfecto. «Pueden tener problemas cognitivos, de aprendizaje, puede generar TDAH. Al final, es una limitación en el neurodesarrollo».

Los trastornos de conducta –que pueden derivar en actos delictivos como hurtos, robos, peleas o, en el peor de los casos, abusos sexuales– también se encuentran relacionados con el consumo de bebidas. Las consecuencias para la salud a largo plazo pueden ir desde la afectación del hígado, llegando a producir cirrosis, hipertensión, problemas de circulación o incluso procesos cancerígenos. «Hay estudios que demuestran la relación entre beber alcohol y el desarrollo de cáncer de mama en mujeres jóvenes», explica Notario.

La mejor prevención es la comunicación

Tratar de explicarle todo esto a los adolescentes puede resultar difícil. «No le puedes decir que dentro de veinte años va a tener una cirrosis, porque su vida es disfrutar el momento con sus amigos», afirma el doctor. Por tanto, aparte de ser un problema de salud pública, lo es también de educación. Se calcula que aproximadamente un  50 % de los padres españoles saben que sus hijos beben, pero hacen la vista gorda. Ante esto, la comunicación padres-hijos en un clima de confianza parece ser el mejor remedio ante esta pandemia de comas etílicos: saber con quién van, quienes son sus amigos, y sobre todo, acercarlos al mundo del deporte pueden ser vías efectivas para bajar el consumo a edades tempranas. 

«Al adolescente no se le convence prohibiendo, porque se genera mucha más afición por esas conductas peligrosas», argumenta Notario; quien además da como receta más efectiva el que durante la cena familiar se pueda abordar el asunto del alcohol. «Se les ha de convencer que si beben o van a botellones se perderán muchas otras cosas. Por ejemplo, explicarles que si consumen alcohol serán peores deportistas».

«No todo está perdido»

Se estima que el alcohol causa alrededor de 20.000 muertes al año en España. Un consumo excesivo puede derivar en adicciones y problemas sociales de toda índole, pero como afirma Notario, «no todo está perdido». El mensaje a transmitir a los adolescentes es que son los encargados de cuidar su cuerpo y su salud para el resto de su vida. «De la noche a la mañana, no hay soluciones mágicas, y está claro que de un día para otro no se van a evitar los botellones, pero todos tenemos que poner nuestro granito de arena, desde las instituciones y desde las familias, para solucionarlo», concluye el doctor Notario.