Ocho trucos para mejorar la comprensión lectora de tus hijos

La comprensión lectora es el hábito por el cual se extrae el significado de los textos: captar las ideas globales del mismo y asimilarlas. Se trata de un proceso fundamental en el aprendizaje escolar de los niños, ya que los expertos inciden en que lo más importante que se aprende en la etapa preescolar y primaria es a leer, por su gran repercusión en su desarrollo académico y en su vida futura. La labor de los profesores y de los centros educativos es clave en la enseñanza de los hijos, lo que no significa que esta pueda ser continuada en casa. 

Son muchos los procesos implicados en la lectura, si bien, desde Redcenit, un centro de desarrollo cognitivo situado en Valencia, hacen un resumen de los más básicos. 

• Atención selectiva: se deben evitar los estímulos externos e internos para que el pequeño centre su atención en el texto y no se distraiga. 
• Análisis secuencial: mediante una lectura continuada del texto, hay que extraer el significado de las palabras que van apareciendo, para construir el sentido de esa secuencia que se ha leído.
• Síntesis: resumir lo que va leído, buscando palabras clave que ayuden a establecer ideas globales.
• Discriminación perceptiva: ir decodificando, es decir, estableciendo la relación entre las letras y los sonidos. Esta es una habilidad esencial para ser un buen lector que se adquiere en los primeros años de aprendizaje. Hay niños que presentan problemas con la decodificación, lo cual puede significar que tiene algún tipo de problema con la lectura como la dislexia. 
• Memoria: es la memoria operativa la que permite realizar tareas cognitivas como la lectura. Sin embargo, también existe la memoria a largo plazo, el almacén del conocimiento que se va adquiriendo.

Algunas estrategias

El propio acto de leer no significa que el niño haya comprendido lo que ha leído. Por ello, este centro de desarrollo cognitivo resume algunas estrategias para potenciar desde casa la comprensión lectora de los niños. 

• Separar y enumerar los párrafos del texto y poner un título representativo a cada uno de ellos con las palabras claves.
• Hay que seguir leyendo tras encontrar una dificultad de comprensión en el texto, es decir, realizar una lectura continuada hasta que se encuentre más información que pueda servir de aclaración. 
• Darle al pequeño un texto con los párrafos desordenados y pedirle que los ordene para que cobre sentido. 
• Formular preguntas sencillas sobre el contenido a medida que se va leyendo. 
• Al detectar una palabra nueva, buscar su significado para que, además, el niño mejore su vocabulario. 
• Intentar adivinar cómo acabará el texto permite que los más pequeños se sientan más involucrados con él. 
• Pedirle al pequeño que repita lo que ha leído, solo que utilizando sus propias palabras. 
• Entregarle un texto con palabras omitidas para que lo complete siguiendo la lógica y dejándose guiar por las pistas que ofrece el contexto.