Reciclar los envoltorios y no desperdiciar la comida: el regalo al medio ambiente en el día de Reyes

Es una de las imágenes más repetidas el 6 de enero. Millones de españoles bajando a los contenedores de basura en sus respectivas calles para depositar los embalajes de los regalos de los Reyes Magos. 

Los hay aplicados, que colocan en el cubo correspondiente el papel, los cartones, los plásticos o las botellas de la celebración de los días anteriores. Sin embargo, suele ser habitual encontrar los desperdicios apiñados a pie de carretera sin haber hecho la discriminación oportuna. 

Solamente durante el periodo navideño en Madrid se estima que el Gobierno municipal lleve a cabo la recogida de más de 7.000 toneladas de papel-cartón y 6.000 toneladas de vidrio. 

Cada vez más concienciados

A pesar de todo, en su último informe, correspondiente al año 2020, Ecoembes reconoce que en España cada vez se está siendo más consciente de la importancia de reciclar como medida eficaz para activar la economía circular, evitar la aparición de vertederos ilegales y potenciar la reutilización de productos más allá de un solo uso. 

Solamente en 2020, cerca de 1,5 millones de toneladas de envases domésticos de plástico, brik, metal y papel / cartón que se enviaron a plantas de reciclado y que fueron recuperados previamente a través de la recogida selectiva y del contenedor, pudieron reutilizarse y volver a la cadena de producción para volver a tener una vida útil. 

En dinamizar la economía circular, y ante las próximas rebajas de invierno, Cáritas lleva años con su proyecto Moda-re, con más de 100 tiendas en las distintas diócesis españolas. Su objetivo es darle un segundo uso a ropa en buen estado. Hasta la fecha han recogido 44.278 toneladas de ropa, lo que supone `rescatar´ el 42 % del residuo textil en nuestro país. Este proyecto supone además una vía de inserción laboral, con 993 puestos de trabajo, 498 de los cuales son empleos de personas en exclusión social.

1.300 millones de kilos a la basura

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cada español desperdicia anualmente 31 kilos de alimentos sin consumir, lo que en 2020 supuso un total de 1.300 millones de kilos; así pues, en octubre del año pasado, se aprobó un proyecto de ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario para todos los eslabones de la cadena.

Solo en Navidad, se estima que se desperdician 7,7 toneladas de comida en buen estado. Es, entre otras razones, por lo que se ha sacado adelante, con más de una veintena de entidades colaboradores, la iniciativa Basura de Navidad, que busca concienciar con su campaña sobre la pobreza que adolece en materia alimenticia nuestro país, al mismo tiempo que dan algunos consejos prácticos y ponen a disposición de los ciudadanos una calculadora para medir nuestras expectativas de consumo durante lo que resta de fiestas navideñas. 

¿Su principal objetivo? Acabar con esta mala tradición.

En el último informe del VIII Observatorio Nestlé, el 92 % de los hogares españoles ha asegurado que, pese a la abundancia de comida que se prepara durante las fiestas navideñas, evita el desperdicio alimentario utilizando las sobras para otro momento o para nuevos platos, frente al 4,5 % que ha reconocido «abiertamente» tirarlo a la basura.

Entre las razones de los encuestados están la solidaridad con la gente que lo necesita (62 %), el derroche económico (23, 8 %) y la sostenibilidad del planeta (14,3 %).

¿Qué pueden hacer las familias?

Las distintas entidades que trabajan en este ámbito creen que tres son los puntos clave que hay que tener en cuenta a la hora de reciclar, también en el día de Reyes. 

1. Hacerlo todos juntos: esto es clave para que los más pequeños, en medio del trajín y la emoción de los regalos, sepan que tienen que ayudar a recoger y a destinar a su correspondiente bolsa los papeles de envolver.
2. Que vean dónde se deposita: en el paseo a por el pan, es bueno llevarles a tirar la basura y que vean dónde se coloca cada cosa. De este modo, el día de mañana, podrán dar ese paso ellos solos. 
3. Explicarles el ciclo que se lleva a cabo: que sepan las posibilidades que tienen los plásticos de la última muñeca o la caja de cartón del videojuego de turno, el que sean conscientes de que luego puede convertirse en un libro, en un cuaderno o en otro juguete, es un parte fundamental para, entre todos, reducir nuestro impacto negativo y poder seguir disfrutando, año tras año, de lo bueno de compartir con los demás los regalos recibidos.