Bebés
¿Hasta qué edad tiene que utilizar chupete un niño?
Que los bebés succionen estas gomas especiales más allá de los 24 meses de vida puede provocar malformaciones bucodentales
Lucía, mi pediatra: «No hay adolescencia sin conflicto»
Diez películas que fomentan la inteligencia emocional en niños y adolescentes
Un bebé en sus primeros meses de vida siente la necesidad de succionar con el objetivo de relajarse, tranquilizarse o calmarse. Se trata de la llamada succión no nutritiva o afectiva y el chupete es el medio a través del cual satisfacen esa ansia. Entregar una de estas gomas a un recién nacido es una decisión que han de tomar sus padres, sobre la que han de conocer los beneficios y los riesgos.
«Uno de los inconvenientes de su uso durante el sueño en niños menores de un año es que puede interferir con el establecimiento de la lactancia materna adecuada y prolongada», explica la pediatra Mercedes de la Torre Espí, de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Como contrapartida, distintos estudios recientes descartan que el chupete disminuya la duración del periodo lactante. Añadido a este perjuicio, se encuentra también un aumento del riesgo de padecer infecciones de oído, en la boca, cuando se hace un uso excesivo del chupete, o caries –si se endulza.
¿Cuándo ofrecérselo?
La recomendación de la AEP en niños que se alimentan de leche materna es ofrecer el chupete a partir de que esté establecida claramente la lactancia, que suele suceder tras el primer mes de vida. Esto se debe, tal y como explica la pediatra Nerea Sarrión, a que puede interferir en la instauración de la misma ante la confusión entre pecho y chupete. Por otro lado, en aquellos que se nutren directamente del biberón se puede utilizar desde los primeros días de vida.
Este objeto con forma de pezón también tiene algunos beneficios. Su uso durante el sueño previene el síndrome de muerte súbita del lactante, sobre todo en bebés no amamantados, que no cuentan con el efecto protector de la lactancia materna. Esto se debe, según explica la doctora Sarrión, a que «activa los mecanismos cerebrales que controlan las vías respiratorias superiores y como barrera mecánica».
Tranquiliza y reconforta
Otras de las ventajas del uso de chupete es que funciona como analgésico no farmacológico, es decir, alivia el olor, por ejemplo, ante la vacunación. Tranquiliza y reconforta, es fuente de consuelo, calma el llanto y ayuda a conciliar el sueño. No obstante, desde la AEP señalan que no a todos los niños les gustan, en cuyo caso no sería necesario obligarles a cogerlos.
Igual que el uso temprano no está indicado en caso de lactantes, su uso prolongado trae consecuencias que podrían resultar negativas para el desarrollo de la mandíbula y la salud dental del bebé, independientemente de si se alimenta por el pecho de su madre o con un biberón. Por ello, tanto la doctora Sarrión como de la Torre, recomiendan que el chupete comience a ser retirado cuando el niño cumple un año y que su uso no se exceda los 24 meses de vida. Ello puede provocar una alteración de la mordida o deformaciones del paladar, comprometiendo la respiración nasal ante una malposición de la lengua, problemas de masticación y alteraciones en el lenguaje.
Recomendaciones de seguridad para el uso de chupetes
- Los chupetes deben ser lo suficientemente sólidos como para que no se separen en pequeñas partes con las que el niño pueda atragantarse o asfixiarse. Tampoco deberían llevar pegatinas o etiquetas.
- No se debe comprar el chupete con una cadena o cinta, ya que si son largas tienen riesgo de estrangulación. «Nunca hay que llevar el chupete colgando de una cinta colocada alrededor del cuello». Los chupetes con cuerda corta y con una pinza enganchada a la ropa del niño tienen menos riesgo. No obstante, las pinzas también pueden soltarse de la ropa y provocarle asfixia.
- El disco donde está anclada la tetina debe tener agujeros de ventilación.