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Amaya Azcona, directora general de Red MadreGuadalupe Belmonte

Entrevista

Amaya Azcona, directora de RedMadre: «Las presiones para abortar que reciben las mujeres son escandalosas»

La directora general de Red Madre critica el desamparo con que se afrontan muchos embarazos no deseados y llama a celebrar la belleza de la maternidad

¿Qué hacer si te quedas embarazada sin esperarlo? Amaya Azcona lo tiene claro –«la decisión correcta para ella y para su hijo es seguir adelante», manifiesta, y con este convencimiento dirige RedMadre, una ONG entregada en acompañar y ayudar a las mujeres que afrontan este dilema desde una situación de vulnerabilidad. En esta entrevista para El Efecto Avestruz, una serie de vídeos de la Asociación Católica de Propagandistas, Azcona critica las presiones para abortar que sufren muchas madres y lamenta la falta de ayudas públicas que se les ofrecen.

–Red Madre acompaña a mujeres embarazadas que atraviesan dificultades. ¿No reciben suficiente apoyo del Estado?

–No, y es un escándalo. Según los datos del Mapa de la Maternidad de RedMadre –un estudio de la situación que actualizamos regularmente–, cada año se presupuestan unos tres millones y medio en medidas y políticas para apoyar el embarazo inesperado, mientras que se gastan 34 o 35 millones en financiar abortos. Son diez veces más. Si una mujer queda embarazada en situación de vulnerabilidad y decide seguir adelante, no encuentra a la administración pública; solo estamos las ONG, que, en comparación, somos pocas y pequeñas.

–¿Qué tipo de medidas se necesitan?

–Hay mucho por hacer, a nivel estatal, autonómico y local. Por un lado, se debería ayudar más a las mujeres en riesgo de exclusión social, con dinero mensual y ayudas para pagar pañales o potitos, por ejemplo. También hemos de invertir más en hogares de acogida, y la maternidad debería ser un concepto transversal, que se contemplase en todas las políticas sociales y de empleo.

–En este sentido, ¿debemos impulsar la conciliación laboral?

–Sabemos que con la maternidad comienza la desigualdad; cuando una mujer queda embarazada pierde recursos, en comparación con los hombres. Es verdad que en España está prohibido despedir a una mujer por causa de embarazo, pero aún hay muchos límites a su crecimiento profesional. Sí, queda mucho camino por recorrer en el ámbito de la conciliación laboral.

–¿Cómo valora la futura Ley de Familias que prepara el Gobierno?

–Aunque no la conocemos en su totalidad, apoyamos que se hable de atender especialmente a los núcleos monomarentales, porque sabemos que estos hogares son los que tienen un mayor nivel de pobreza. Muchas mujeres que atendemos en RedMadre están solas, y no porque quieran, sino porque el padre del hijo que esperan las ha abandonado. De nuevo, si la administración tuviera un protocolo de ayuda a estas mujeres, parte de nuestro trabajo no sería necesario.

–También piden mejorar los protocolos de atención a las mujeres que llegan a la atención primaria por un embarazo inesperado. ¿Qué falla?

–Los médicos de atención primaria no tienen protocolos para identificar si la mujer que entra en su consulta viene presionada por su familia o su pareja, o incluso si sufre violencia de género para que aborte. Esta mujer debería ser defendida por un equipo multidisciplinar –psicólogo, trabajador social, matrona…– y que ella decidiera en libertad. Las presiones que recibe una mujer para actuar en contra de su propio hijo y de ella misma son de un calibre que no es legítimo ni aceptable.

La forma de dar la información puede incitar al abortoAmaya Azcona, directora general de RedMadre

–¿Estas presiones se dan también en la consulta médica?

–En muchas consultas de atención primaria falta neutralidad; cuando llega una mujer con un embarazo inesperado le dicen directamente «¿Quieres abortar? ¿Te firmo el IVE?». No sé si eso es un buen acto médico; quizá habría que tener una conversación más profunda con ella sobre las consecuencias del acto y las dificultades –y ayudas– para continuar con el embarazo. Un área en que la neutralidad es muy importante es en el caso de los niños con diagnóstico prenatal: malformaciones, síndrome de Down… La forma de dar la información puede incitar al aborto, como advirtió hace unos años el Comité Español de Bioética.

–Ante este tipo de diagnósticos, ¿está normalizado el aborto?

–Cada vez se abortan más niños por malformación, y prácticamente no nacen niños con síndrome de Down. En estos casos, la presión es extraordinaria, el sistema se pone en marcha rápidamente. Estamos mucho peor que hace quince años y es un tema que se silencia. Nosotros estamos acompañando a varias mujeres que, en esta situación, han decidido aceptar a su hijo como venga, dejar que la vida siga su curso. Son madres que nos admiran.

–¿Hace falta celebrar la maternidad?

–Sí, porque la maternidad no es solo un bien particular: es también un bien social. Sin hijos no hay sociedad, y por ello la mujer debe ser acompañada, defendida y bien tratada. Hemos de transmitir la bondad de la maternidad.

–Frente a quien celebra el aborto como un derecho conquistado y un proceso emancipador e indoloro, ¿con qué realidad se encuentran en RedMadre?

–Durante años nos han contado que abortar era una cosa muy sencilla, como quitarse el apéndice… pero eso ya no cuela. No somos tontas; las mujeres ven la intervención y el dolor posterior, y sobre todo ven que ya no tienen el hijo que esperaban. No es un proceso inocuo, ni físicamente, ni emocionalmente, ni espiritualmente. A RedMadre llegan muchas mujeres que sufren por haber recurrido previamente al aborto y que en el siguiente embarazo –aunque sus condiciones materiales sean las mismas– deciden pedir ayuda y continuar. En estos casos, como en todos, intentamos comprenderlas, darles esperanza y abrirles la perspectiva.

Manifestación provida en Madrid

Tras dos años celebrándose de forma telemática, este año la Marcha por la Vida vuelve a la capital. La fecha elegida es el domingo 27 de marzo, una jornada que comenzará a las 12 del mediodía en Serrano/Goya y avanzará hasta la plaza de Cibeles.
Tras la Marcha Por la Vida, se prevé celebrar el acto central con testimonios, música y la suelta de globos verdes que pintarán el cielo de Madrid del color de la esperanza y de la vida.