Entrevistas por la vida
El director del Foro de la Familia: «Médico y abortista son antónimos. Uno salva, el otro mata»
Javier Rodríguez opina que el Gobierno y los partidos han de comenzar a escuchar a la sociedad y «abandonar su afán ideológico por promover la cultura de la muerte»
Si alguien pregunta a Javier Rodríguez, director general del Foro Español de la Familia, su opinión sobre la causa que ha motivado la última reforma del Código Penal –que entrará en vigor en abril– y la persecución a los provida, este responderá que detrás se esconden los intereses económicos de quienes se dedican al negocio de la muerte, que protege a quien «se lucra a costa del asesinato de seres humanos inocentes y del sufrimiento de sus madres y padres totalmente abandonados».
Esta y muchas otras reivindicaciones y cuestiones de vida o muerte serán con las que los españoles salgan a las calles el próximo domingo 27; para defender la vida desde su concepción hasta la muerte natural, para reclamar una ley de cuidados paliativos, con la que cuidar al que sufre y no eliminarlo, y para combatir por su derecho a luchar la vida.
–Ya ha empezado la cuenta atrás para la Marcha por la Vida, ¿qué cabe esperar para el próximo día 27 de marzo?
–Cabe esperar un nuevo clamor social a favor de la vida humana, decenas de miles de personas unidas en un ambiente de alegría y serenidad, marcado especialmente por la juventud, visibilizando que una sociedad más humana y más justa es posible, una sociedad donde no quepa ninguna forma de discriminación, como las que actualmente se promueven por razón de la etapa de desarrollo vital o por el estado de salud.
–¿Cuáles son sus grandes reivindicaciones en esta ocasión?
–Reivindicamos al Gobierno y a todos los partidos políticos que escuchen a la sociedad, que abandonen su afán ideológico por promover la cultura de la muerte y la discriminación hacia los seres humanos más vulnerables, es decir, los que están por nacer y los que sufren. Reivindicamos que respeten la vida y dignidad humanas sin peros ni excepciones, que ofrezcan ayudas reales a las mujeres y a las familias para que el drama del aborto llegue a su fin, y que avancen en la creación de un sistema de cuidados paliativos que erradique el sufrimiento de las personas, y no a las personas que sufren.
–En la reforma del Código Penal se ha incluido un apartado que elimina la necesidad de denuncia previa. Esto supone equiparar las acciones de los provida que rezan, hacen vigilia o reparten información a los casos de violencia de género contra las mujeres. ¿Qué opina sobre esta comparación?
–Si partimos de la premisa de haber introducido en el Código Penal un delito ya existente, pero esta vez con la única característica de que las creencias u opiniones del autor del delito serán las que determinen la aplicación de las penas concretas, cualquier comparación es posible, por muy absurda que sea, como es el caso.
Acosar es delito y ya está tipificado, se haga en la puerta de un abortorio, en un bar o en el transporte público. Por tanto, la propia reforma sobra, se mire por donde se mire. Aquí lo que están intentando es que rezar en un lugar público determinado sea delito.
Por otra parte, es lógico que para quien abandonar a las madres embarazadas sea lo recomendable y matar sea un derecho, otros derechos fundamentales sean incluso delitos. Desde luego, ponen muy fácil tener claro que, si les molesta, es que es bueno.
–¿Qué opinión le merece la última propuesta de Irene Montero de modificación de la ley del aborto? (eliminación del periodo de reflexión y obligación para los hospitales públicos de contar con un médico abortista).
–Para empezar, médico y abortista son antónimos. Uno salva, el otro mata. Pero es que, como tengamos que comentar cada ocurrencia proveniente de ciertos ministerios, no tendríamos tiempo para cualquier cosa que mereciera la pena. Ya está claro su afán por discriminar, así que no sorprende, desgraciadamente, que sigan empeñándose en erradicar la erradicación de la discriminación.
Lo que Macron pide es que Europa deje de una vez por todas de ser Europa
–¿Por qué se intenta vender el aborto como un derecho, como ha hecho Macron al proponer incluirlo en la carta de derechos fundamentales de la UE?
–Lo que ha expedido Macron no es pedir que se modifique la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, sino pedir que se elimine la propia carta. Me explico: el primer artículo de la carta deja por escrito que la dignidad humana es inviolable y que será respetada y protegida; el segundo artículo comienza estableciendo que «toda persona tiene derecho a la vida»; y el tercero, prohíbe explícitamente las prácticas eugenésicas, así como la prohibición de que el cuerpo humano o partes del mismo se conviertan en objeto de lucro.
Por tanto, lo que ha pedido Macron es que se anulen los tres primeros acuerdos de la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea, es decir, pedir a Europa que deje de una vez por todas de ser Europa. Acabar con la vida de un ser humano inocente no es un derecho, sino barbarie.
–¿Cuáles son las mayores amenazas y obstáculos a los que se enfrente el movimiento provida en la actualidad?
–El movimiento provida es la propia humanidad, es el progreso. Distintos nombres para definir una misma realidad. El obstáculo lleva siendo el mismo desde que se empezó a defender acrítica y acientifícamente que la dignidad humana no es inviolable, que la vida humana no merece respeto y protección en función de determinadas circunstancias: la ignorancia, el secuestro ideológico de la razón.